La semana ha comenzado con un aluvión de anuncios sobre impresionantes inversiones en el sector de la inteligencia artificial y la energía en Estados Unidos, según un informe original de Reuters. Estas inversiones están diseñadas para asegurar que Estados Unidos mantenga su liderazgo tecnológico, un objetivo prioritario para el presidente Donald Trump. La Cumbre de Energía e Innovación en la Universidad Carnegie Mellon ha servido como el escenario perfecto para estos anuncios, atrayendo la atención de gigantes de la tecnología y el sector energético.
Google y su apuesta hidroeléctrica
Google, bajo el paraguas de Alphabet, ha cerrado un acuerdo monumental de $3 mil millones con Brookfield Asset Management. Este acuerdo garantiza el suministro de electricidad proveniente de dos instalaciones hidroeléctricas en Pensilvania, demostrando su compromiso con fuentes de energía sostenibles. Además, Google ha planeado una inversión adicional de $25 mil millones en centros de datos situados en Pensilvania y estados vecinos, durante los próximos dos años. Este esfuerzo refuerza la infraestructura tecnológica de la región y apunta a un futuro con más capacidad y eficiencia en el procesamiento de datos.
Blackstone y la expansión de infraestructuras
Blackstone, una de las firmas de gestión de activos más influyentes, también ha anunciado sus planes para invertir $25 mil millones en centros de datos e infraestructura energética en Pensilvania. Jon Gray, presidente y director de operaciones de la firma, destacó este esfuerzo durante un panel en la cumbre. Este movimiento busca fortalecer la infraestructura energética del estado, asegurando un suministro estable para los crecientes centros de datos y otras instalaciones tecnológicas.
Proyectos masivos de Meta y CoreWeave
No solo Google y Blackstone están ampliando su presencia. Meta Platforms, dirigida por Mark Zuckerberg, planea gastar cientos de miles de millones de dólares para construir varios centros de datos colosales orientados a la inteligencia artificial. Uno de los más destacados es Prometheus, que se establecerá en Ohio. Por otra parte, CoreWeave, empresa de tecnología de infraestructura en la nube, inyectará hasta $6 mil millones en un nuevo centro de datos de inteligencia artificial en Pensilvania, reafirmando la región como un epicentro tecnológico emergente.
En conjunto, estas inversiones no solo refuerzan la postura de Estados Unidos en el ámbito tecnológico, sino que también destacan el auge imparable de la inteligencia artificial, tal como lo revela un reciente informe de PitchBook. Incluso en un escenario donde las firmas de capital de riesgo enfrentan desafíos para recaudar fondos, la IA sigue viva y coleando, prometiendo transformaciones significativas en la industria y la economía.