Por Evaristo Lara, Huella Zero
Este verano podría ser complicado para los estadounidenses que planean acudir a la playa para refrescarse. De las 3,187 playas del país analizadas en 2024 por el Centro de Investigación y Política Medioambiental de América, 1,900 registraron contaminación fecal al menos un día.
La contaminación proviene principalmente de alcantarillados obsoletos o dañados, escorrentía urbana, desbordamientos de aguas residuales y granjas industriales.
En algunas playas, los niveles de estos contaminantes superaron los estándares federales de seguridad, por lo que los bañistas estuvieron expuestos sin saberlo a bacterias, virus y parásitos causantes de enfermedades gastrointestinales, respiratorias, infecciones de oído y ojos, así como erupciones cutáneas.
Aunque el 61% de las playas analizadas superaron el “Valor de Acción de Playa” establecido por la Agencia de Protección Ambiental (EPA), utilizado para determinar cierres preventivos, ninguna autoridad restringió el acceso.
En 453 playas la contaminación fecal alcanzó niveles potencialmente peligrosos, según el análisis. La Costa del Golfo registró la mayor proporción de playas con al menos un día inseguro debido a sus niveles de contaminación.
Si las evaluaciones en las playas mostraban que la tasa de enfermedad excedía el umbral de la EPA (32 casos por cada 1,000 nadadores), estas playas eran clasificadas como “potencialmente inseguras”.
De acuerdo con los investigadores que participaron en el estudio, el Congreso está reconsiderando financiar un programa federal para evitar los desbordes de aguas residuales. De no hacerlo, estos contaminantes seguirán llegando al mar y a las playas.
La EPA estima que el Fondo Rotatorio Estatal de Agua Limpia (CWSRF), programa encargado de mejorar la infraestructura de aguas residuales y pluviales, necesitará al menos $630,000 millones en las próximas dos décadas.
En un comunicado, John Rumpler, director del programa de agua limpia del Centro de Investigación y Política Medioambiental de América, solicitó al gobierno federal destinar recursos suficientes para evitar que la contaminación empeore.
“Ahora no es el momento de recortar la financiación de la infraestructura hídrica que las comunidades necesitan con urgencia para detener el flujo de bacterias desagradables y la contaminación a nuestras playas”, escribió.
¿Qué podemos hacer?
Antes de entrar al agua se deben revisar los informes locales sobre la calidad del agua en playas potencialmente contaminadas, especialmente después de lluvias intensas o tormentas.
Debes respetar las advertencias y evitar playas cerradas por contaminación o aquellas que superen los niveles de seguridad indicados por las autoridades.
Además, es recomendable evitar ingerir agua mientras se nada, ducharse inmediatamente después de salir del agua, lavarse cuidadosamente las manos antes de comer, y evitar playas cercanas a desagües o desembocaduras de ríos, que suelen presentar mayores riesgos de contaminación.