Un informe del inspector general de DC reveló fallas graves en la estrategia de seguridad y prevención de violencia armada en las escuelas públicas del Distrito. Estas deficiencias incluyen reparaciones atrasadas, falta de coordinación y una drástica reducción en el número de oficiales escolares, lo que deja a estudiantes y personal en una situación vulnerable.
Reparaciones atrasadas y problemas de infraestructura
El 50% de las reparaciones relacionadas con seguridad, como cerraduras rotas, ventanas dañadas y sistemas de alarma inoperantes, no se completaron dentro del plazo requerido de 45 días, según el informe. En algunos casos, aunque las reparaciones se marcaron como finalizadas, los problemas persistieron. Por ejemplo, un candado defectuoso podría ser la única barrera entre los estudiantes y un atacante durante un tiroteo.
El Departamento de Servicios Generales (DGS), responsable del mantenimiento escolar, afirmó que prioriza las reparaciones de emergencia y que el 87% de los casos urgentes se resuelven en 24 horas. Sin embargo, WTOP reseñó que el informe destacó que la falta de claridad sobre las responsabilidades entre el DGS y el sistema escolar genera retrasos significativos.
“Esta falla en la infraestructura crea vulnerabilidades fundamentales que comprometen la seguridad de estudiantes y personal”, advirtió el inspector general.
Menos oficiales, más riesgos
El número de oficiales escolares cayó de 99 en 2019 a solo 35 en 2024, dejando al 71% de las escuelas públicas del Distrito sin un oficial regular. The Washington Post informó que esta reducción se dio tras la aprobación de una ley en 2021 que eliminaba a los oficiales de las escuelas, aunque la medida fue revertida en 2023 debido al aumento de la criminalidad. A pesar de ello, los niveles de personal no se han recuperado.
El canciller de las escuelas, Lewis D. Ferebee, anunció que trabajará con la policía de DC para evaluar las necesidades de seguridad en los próximos años. Según el informe, casi el 60% de los estudiantes de las escuelas públicas de D.C. asisten a instituciones sin un oficial asignado de manera constante.
Falta de coordinación y definición
El informe también señaló que las escuelas no están alineadas con las iniciativas de prevención de violencia armada de la ciudad, lo que resulta en recursos desperdiciados. Además, no existe una definición estándar de “violencia armada escolar”, lo que dificulta el seguimiento y la respuesta estratégica a los incidentes.
“La falta de parámetros claros impide un rastreo consistente y una respuesta efectiva”, concluyó el inspector general.
A pesar de estas deficiencias, el informe reconoció algunos avances, como simulacros regulares de seguridad, procedimientos claros para la detección de armas y el uso consistente de detectores de metales en escuelas secundarias.
Compromiso con la seguridad
Tanto el sistema escolar como el DGS aceptaron las 11 recomendaciones del informe, que incluyen:
- Priorizar reparaciones críticas, como cerraduras y ventanas en áreas vulnerables.
- Revisar las políticas de visitantes para garantizar un control más estricto.
- Coordinar con la policía de D.C. para realizar una evaluación de necesidades en materia de seguridad.
Ferebee aseguró que los cambios se implementarán antes del final del ciclo escolar 2025-2026. Por su parte, Delano Hunter, director del DGS, reafirmó el compromiso de su agencia con la seguridad escolar. “Reconocemos la gravedad de la violencia en entornos escolares y nuestro papel en garantizar que la infraestructura respalde la seguridad”, declaró Hunter.
Realidad preocupante
Aunque el 70% de las familias de D.C. creen que sus hijos están seguros o algo seguros en las escuelas, los niños de la ciudad tienen el doble de probabilidades de ser víctimas o testigos de violencia en comparación con el promedio nacional, según datos de la Iniciativa de Medición de Salud Infantil y Adolescente. En mayo de 2025, un hombre murió a tiros cerca de una escuela primaria durante una competencia de atletismo, y el año pasado, una estudiante de secundaria fue rozada por una bala disparada fuera de su aula.
El informe concluyó que, aunque se han implementado estrategias para proteger a las escuelas, las brechas críticas en infraestructura y coordinación dejan a estudiantes y personal en riesgo.