La administración Trump ha dado un duro golpe a la industria del tomate en México al imponer un arancel del 17% a partir del 14 de julio sobre los tomates frescos importados del país. Este movimiento ha generado revuelo en el sector, que representa una fuente significativa de ingresos y empleo. Según el informe original, el gobierno mexicano está en medio de negociaciones para evitar un arancel general mayor del 30% previsto para el 1 de agosto.
Veggie Prime, un destacado productor en Querétaro, enfrenta un desafío aún mayor. Este gigante del tomate envía aproximadamente 100 toneladas de tomates frescos cada semana a Mastronardi Produce, una importante distribuidora canadiense en EE. UU. Moisés Atri, director de exportaciones de Veggie Prime, señaló que ellos han estado en el negocio de exportación durante 13 años y que no pueden permitirse cambios bruscos debido a su inversión y costos fijos.
La primera semana después de la implementación del arancel, Veggie Prime absorbió el costo completo. Sin embargo, en la segunda semana, Mastronardi acordó aumentar el precio de los tomates en un 10%, aliviando parcialmente la carga financiera sobre Veggie Prime. No obstante, Atri espera que eventualmente los costos se transfieran a los clientes minoristas.
La industria del tomate es vital para la economía mexicana, generando más de $3 mil millones en exportaciones y proporcionando aproximadamente 500,000 empleos. Sin embargo, Juan Carlos Anaya, director general del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, advirtió que una disminución en las exportaciones podría poner en riesgo cerca de 200,000 empleos. En EE. UU., los productores de California y Florida son los más beneficiados por el arancel, aunque su producción se destina principalmente al procesamiento.
Además del conflicto tarifario, el Secretario de Agricultura de México, Julio Berdegué, ha sugerido explorar mercados internacionales alternativos, como Japón, para diversificar las exportaciones. Sin embargo, los desafíos logísticos y costos asociados con el transporte aéreo generan dudas sobre la viabilidad de esta opción. Mientras tanto, Claudia Sheinbaum, presidenta, comunicó que su administración estará encuestando a los productores para ofrecer el apoyo necesario.
El futuro para los exportadores mexicanos de tomate es incierto, y se anticipa una revisión del arancel en los próximos meses, justo cuando la producción fresca de EE. UU. comenzará a disminuir. La esperanza descansa en que el mercado se estabilice y se logre un acuerdo que beneficie a todas las partes involucradas.