La administración de Trump ha lanzado un ambicioso "Plan de Acción" con el objetivo de asegurar el dominio de Estados Unidos en el campo de la inteligencia artificial, según el informe original. Este plan fue presentado por el presidente Trump y altos funcionarios el pasado miércoles, destacando la importancia de la IA para el futuro del país.
El plan incluye tres órdenes ejecutivas que buscan eliminar las restricciones impuestas por las políticas de IA de la administración Biden, que fueron revocadas en enero mediante una orden ejecutiva previa. Estas órdenes están diseñadas para acelerar la construcción de centros de datos, expandir las exportaciones de tecnología de IA estadounidense, y asegurar que los modelos de IA estén libres de cualquier sesgo ideológico o partidista.
Dentro de las directrices del plan, Trump estableció que solo se considerará tecnología de IA que persiga la verdad, la equidad y la estricta imparcialidad. Sin embargo, la viabilidad de eliminar completamente el sesgo en la IA ha sido cuestionada por expertos como Mark Lemley de Stanford y Star Kashman, quienes argumentan que esta meta es impráctica en la etapa actual de desarrollo de la IA.
A pesar de las intenciones del plan, se anticipa una resistencia legal significativa. Las nuevas órdenes ejecutivas desafían restricciones estatales y leyes ambientales y de derechos de autor, lo que podría resultar en litigios. Especialmente polémica es la exigencia de algoritmos sin sesgo, que plantea desafíos constitucionales y técnicos.
El profesor Aditya Vashistha de la Universidad de Cornell puso en duda cómo se podría medir la verdad en la tecnología de IA, considerando que una gran parte de los datos utilizados están en inglés. Además, la posibilidad de ofrecer protección contra demandas por derechos de autor a los desarrolladores de modelos de IA es otra área que genera incertidumbre y será un foco de atención en futuros litigios. En palabras de Trump, es importante permitir que la IA use el conocimiento acumulado de los artículos, sin las complicaciones de negociaciones contractuales.
El camino hacia un dominio estadounidense en inteligencia artificial parece estar pavimentado con desafíos legalmente complejos y debates sobre la neutralidad tecnológica. Ahora queda por ver cómo se desarrollarán estas iniciativas en medio del panorama incierto.