El oro ha encontrado su equilibrio después de alcanzar su mayor ganancia en dos meses el viernes pasado. Esta subida significativa llevó al oro a comerciarse cerca de los $3,360 por onza, tras experimentar un aumento del 2.2% en la sesión anterior. ¿Cuál fue el motor de este incremento? Según el informe original, un informe sobre la drástica desaceleración en la contratación en EE.UU. junto con las nuevas tarifas comerciales impuestas por el presidente Donald Trump fueron factores clave.
En julio, EE.UU. añadió 73,000 empleos, pero revisiones de los dos meses anteriores redujeron datos previos en casi 260,000 empleos, según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales. Este ajuste impulsó al mercado del oro, ya que los inversores consideran que un mercado laboral en ralentización podría influir en las decisiones de tasas de interés de la Reserva Federal.
En una movida sorpresiva, el presidente Donald Trump destituyó al jefe de la Oficina de Estadísticas Laborales solo horas después de difundirse el informe de empleo. Esta decisión generó incertidumbre en los mercados y contribuyó al aumento en el precio del oro, que ha subido más de un cuarto en el año, consolidándose como un refugio seguro ante la volatilidad política.
La reacción en los mercados de metales preciosos no se limitó al oro. La plata registró un pequeño aumento del 0.2%, mientras que el paladio y el platino experimentaron caídas. Estos movimientos son reflejo del ajuste en el Índice Bloomberg Dollar Spot, que bajó un 0.1%, influyendo en el comportamiento general de los metales.
A pesar de una ligera caída del 0.1% a $3,359.81 por onza a las 1:15 p.m. en Singapur, la perspectiva de los analistas sigue siendo optimista para el oro. Con la compra continua por parte de los bancos centrales y la posible flexibilización de tasas de interés, el oro podría mantener su atractivo como un valor refugio en un contexto económico y político inestable.