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Mazda anticipa un golpe de casi $1,000 millones en ganancias por nuevos aranceles en EE. UU.

Photo by Tristan Beischel @Autoily.com / Unsplash

Mazda Motor anticipa un golpe de 145.2 mil millones de yenes, aproximadamente $987.02 millones, en su beneficio operativo para este año fiscal debido a los aranceles de importación en Estados Unidos. Según el informe original, la automotriz japonesa ha implementado estrategias para reducir el impacto negativo de estas tarifas. Las medidas incluyen cambiar rutas de envío, incrementar la producción en su planta de Alabama, EE.UU., y ajustar los volúmenes de producción.

Jeffrey Guyton, Director Financiero de Mazda, ha señalado que el impacto de los aranceles más altos sigue siendo "bastante significativo". Sin embargo, la compañía está tomando medidas clave para amortiguar este golpe económico. Entre ellas, ajustar las operaciones en sus plantas en Japón y México, donde se enfrenta un arancel del 15% y 25% respectivamente. Estas acciones son críticas para evitar una posible pérdida operativa de hasta 233.5 mil millones de yenes para el año que termina en marzo de 2026.

Además de las contramedidas frente a los aranceles, Mazda también está enfocando esfuerzos en aumentar las ventas de su vehículo utilitario deportivo crossover CX-50, una de sus apuestas más fuertes en el mercado estadounidense. La planta de Guanajuato, México, juega un rol importante en esta estrategia, ya que desde allí se exportan vehículos directamente a EE. UU., aprovechando al máximo su capacidad productiva.

A pesar de los desafíos que presentan los aranceles, las ventas de Mazda en Estados Unidos han mostrado signos positivos. Durante el primer semestre del año, la compañía reportó la venta de aproximadamente 210,000 vehículos, un aumento del 4% en comparación con el año anterior. No obstante, la empresa ha proyectado un beneficio operativo anual de ¥50 mil millones para el año que termina en marzo de 2026, lo cual representa una disminución significativa en comparación al año financiero anterior.

Mazda había mantenido previamente en suspenso sus previsiones debido a la incertidumbre respecto a los aranceles de EE. UU. Esta situación plantea un escenario complicado para la empresa, que continúa buscando formas de minimizar el impacto financiero y asegurar su estabilidad operativa en el mercado norteamericano.