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Trump acusa a JPMorgan y Bank of America de negarle servicios

Photo by Adam Nir / Unsplash

En un giro inesperado, el "debanking" vuelve a protagonizar titulares este 5 de agosto de 2025. El expresidente Donald Trump ha acusado a dos gigantes bancarios, JPMorgan Chase (JPM) y Bank of America (BAC), de haberle negado sus servicios como cliente. Según el informe original de Yahoo Finance, Trump afirmó que estos bancos han discriminado no solo a él, sino a muchos otros conservadores.

Durante su aparición en "Squawk Box" de CNBC, Trump compartió detalles de sus desafortunadas experiencias con JPMorgan Chase. Afirmó que, a pesar de tener "cientos de millones" y múltiples cuentas "cargadas de efectivo", el banco le dio un ultimátum de 20 días para retirar sus fondos. Su intento de depositar "más de mil millones de dólares" en Bank of America también fue en vano, encontrándose una puerta cerrada tras otra.

Trump no se detiene ahí. Según él, la razón detrás de estos rechazos bancarios es la presión ejercida por los reguladores de Washington D.C. Este supuesto acoso regulatorio, según el expresidente, es un problema que afecta a otros conservadores en su capacidad para obtener servicios bancarios. Sin embargo, un portavoz de JPMorgan se apartó de estas acusaciones, señalando que sus decisiones no son basadas en razones políticas.

Los directivos de estas instituciones bancarias han estado revisando sus políticas en medio de estos cuestionamientos. Jamie Dimon de JPMorgan ha enfatizado que no cierran cuentas por razones políticas o religiosas. Brian Moynihan, de Bank of America, comentó en una entrevista reciente que sería útil recibir mayor claridad regulatoria para evitar conjeturas innecesarias.

Las reformas recientes en la supervisión bancaria han eliminado el riesgo reputacional, un elemento problemático señalado como culpable del "debanking". Sin embargo, sigue habiendo críticas hacia lo que algunos consideran una extralimitación regulatoria. Un portavoz del Bank Policy Institute subrayó este punto, observando que la sobrecarga regulatoria es, en definitiva, el núcleo del problema que sigue sin resolver, a pesar de los esfuerzos realizados.