Ni el receso legislativo frenó la nueva ofensiva del Congreso sobre el caso Epstein. La Comisión de Supervisión de la Cámara de Representantes citó al Departamento de Justicia para entregar todos los archivos relacionados con la investigación por tráfico sexual y emitió citaciones formales para interrogar a Bill y Hillary Clinton bajo juramento.
La lista incluye también a exfiscales generales y directores del FBI de los últimos veinte años, en lo que parece ser el intento más ambicioso del Congreso por abrir la caja negra del caso Epstein. Aunque los Clinton no han sido acusados de ningún delito, su relación previa con el financista y el peso simbólico de sus nombres mantienen vivo el interés político (y mediático) en el escándalo.
EL MOVIMIENTO NO VIENE SOLO DE LOS REPUBLICANOS
Legisladores demócratas también presionaron para que se iniciara esta investigación formal, y enfatizan que el objetivo es acceso directo a los archivos del caso, no depender solo del testimonio de Ghislaine Maxwell, quien ya fue entrevistada en prisión.
El Congreso también busca interrogar al Departamento de Justicia sobre la decisión de no publicar toda la evidencia, y quiere que los exfuncionarios testifiquen entre agosto y octubre, cerrando con Hillary Clinton el 9 de octubre y Bill Clinton el 14. A pesar del precedente legal que ha protegido a expresidentes de citaciones obligatorias, el comité asegura que esta vez “la presión no va a parar”.
Para la administración Trump, el caso Epstein ha dejado de ser un riesgo y ahora es una herramienta. En paralelo al pedido de archivos, fiscales están solicitando a jueces federales que se liberen transcripciones del gran jurado. Aunque los fiscales dicen que “la mayoría ya es pública”, el simbolismo importa más que las revelaciones.
La narrativa de transparencia frente al encubrimiento vuelve a estar sobre la mesa, y la posibilidad de ver a los Clinton declarar bajo juramento sobre uno de los casos más oscuros del poder estadounidense tiene todos los ingredientes de un nuevo momento televisivo. Uno que, más que respuestas, promete espectáculo.