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La flor cadáver sorprende con su olor y tamaño en el Jardín Botánico de DC

La flor cadáver floreció en DC, cautivando con su tamaño, hedor único y rareza natural.

Foto: Twitter (@thandojo).

El Jardín Botánico de Estados Unidos en Washington DC se llenó de visitantes el martes, todos atraídos por un espectáculo natural único: la flor cadáver, conocida científicamente como Amorphophallus titanum. Este fenómeno, que combina lo impresionante con lo desagradable, mide más de 2.2 metros de altura y emite un olor que pocos olvidan.

Un aroma que no pasa desapercibido

El olor de la flor cadáver no deja indiferente a nadie. Ephrym Mahas, de 10 años, lo describió a Washington Post como “fruta podrida”. Chrystal Okonta, de 36 años, lo resumió en una palabra: “mohoso”. Otros visitantes, como Eliana Tropert, de 29 años, lo compararon con “carne podrida y húmeda”. Incluso Pat Finnegan, voluntario de 84 años, bromeó: “Es como estar junto a alguien que olvidó usar desodorante”.

Devin Dotson, portavoz del jardín, explicó que el hedor recuerda a un ratón muerto, pero multiplicado. “Es como si cinco o seis ratones muertos estuvieran en una habitación cerrada”, comentó. Además, el olor evoluciona, pasando de notas a pescado y ajo a algo más parecido a basura caliente en pleno verano.

¿Por qué huele tan mal?

La flor cadáver no busca devorar insectos, sino atraerlos para polinizar. Su interior rojo imita un cadáver en descomposición, lo que seduce a moscas y escarabajos que normalmente pondrían huevos en carne muerta. Dotson explicó que el calor que emite la flor ayuda a dispersar su aroma, asegurando que los polinizadores no pasen de largo.

Un espectáculo raro y efímero

El Amorphophallus titanum no es una flor común, sino una inflorescencia, es decir, un conjunto de cientos de flores en una sola estructura. Originaria de Sumatra, Indonesia, esta planta requiere condiciones extremas de calor y humedad para florecer. En su hábitat natural, menos de mil ejemplares sobreviven, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

En el Jardín Botánico, esta flor marcó un hito al florecer por primera vez mientras permanecía plantada permanentemente en el invernadero. Normalmente, estas plantas crecen en macetas y se trasladan al exhibidor solo cuando florecen. Este ejemplar, plantado hace cuatro años, permitió a los visitantes seguir su ciclo completo.

La floración dura apenas dos o tres días, y su aroma comienza a desvanecerse cuando la flor se cierra. Dotson estimó que miles de personas visitarán el jardín esta semana para presenciar este fenómeno. “Es una oportunidad única en la vida”, comentó Silas Mahas, de 12 años, quien convenció a su familia de apresurarse al invernadero tras enterarse de la noticia.

Más que un olor: una lección de conservación

La flor cadáver no solo atrae por su tamaño y olor, sino que también abre la puerta a conversaciones sobre la conservación de plantas en peligro. Dotson destacó que, aunque su aspecto y aroma son extremos, muchas plantas utilizan olores fuertes para atraer polinizadores. “Esta planta es un emblema que nos permite hablar de conservación porque captura la atención de la gente”, explicó.

El entusiasmo por esta flor inspiró incluso a Andrew Litterst, un constructor de modelos LEGO, quien dedicó 22.5 horas a crear una réplica de 7,522 piezas que donó al jardín. Nicole Karem, de 29 años, también mostró su fascinación al visitar la flor durante su hora de almuerzo. “Es enorme, increíble y un fenómeno de la naturaleza”, afirmó.

Un ciclo que continúa

Aunque esta floración terminará pronto, Dotson espera que otros ejemplares del jardín florezcan este verano. Si no ocurre, habrá que esperar al próximo año. Mientras tanto, la flor cadáver sigue cautivando a quienes se acercan a admirar su extraña belleza y a soportar su inolvidable aroma.

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