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El cielo de los drones comerciales

Foto. EFE

Del cielo es el límite al cielo será nuestro terreno de batalla tecnológica. La administración quiere abrirle paso a más empresas para que usen drones con fines comerciales: desde entregarte un latte de vainilla hasta revisar líneas eléctricas o campos de cultivo.

La idea es quitarle freno a un sistema de permisos caso por caso que, según el propio Departamento de Transporte, dejó muchas ideas en tierra. En el fondo, esto es tanto un movimiento para acelerar la innovación como para evitar que otros países sigan adelantando a Estados Unidos en el mercado de drones comerciales. El reto: mantener el cielo seguro en un momento en que ya se siente un poco más concurrido de lo que nos gustaría.

Si es innovación (y tecnología) debemos ser los primeros: ese es el mantra. La Casa Blanca sigue trabajando a toda marcha para posicionarse como número uno en la industria. Y si leíste nuestras ediciones anteriores sabrás que ya la administración lanzó un plan muy ambicioso para posicionarse como número uno en IA. Y si no lo leíste te lo dejamos por aquí para que te pongas al día.  

  • Adiós al laberinto de permisos (o casi). Hasta ahora, si una empresa quería volar un dron más allá de la línea de visión del piloto, tenía que pedir una exención especial, revisada caso por caso. Esto frenaba proyectos y encarecía la operación. La nueva propuesta busca un proceso más directo y estándar para aprobar estos vuelos, con reglas claras para todos los que quieran operar en el espacio aéreo de Estados Unidos.
  • Seguridad primero o al menos en el papel. Los drones comerciales tendrían que cumplir estándares técnicos y llevar sistemas para evitar colisiones, manteniendo distancia segura con aviones y helicópteros. No podrían sobrevolar eventos masivos como conciertos o partidos, y algunos empleados pasarían chequeos de seguridad de la TSA. La medida también responde a incidentes recientes, como el choque en Los Ángeles entre un dron y un avión de bomberos.
  • Todas las batallas que involucren tecnología e innovación, queremos (ser) los primeros. La Commercial Drone Alliance aplaudió el plan, recordando que la tecnología avanza más rápido que las regulaciones y que Washington corre el riesgo de quedarse atrás frente a competidores internacionales, especialmente de países como China. Pero ojo (pelao), la Asociación de Pilotos insiste en que cualquier expansión del uso de drones debe priorizar la seguridad, manteniendo altos estándares de vigilancia, comunicación y prevención de choques.

Un paso importante, porque los países lo saben (y la White House también). Más allá de la decisión, esto no es solo un cambio regulatorio, es una jugada estratégica para definir quién manda en el aire comercial del futuro. Los drones podrían cambiar cómo recibimos productos, inspeccionamos infraestructuras y gestionamos industrias enteras. Pero abrir el cielo sin control podría traer más problemas que beneficios.

El verdadero equilibrio estará en permitir la innovación sin convertir el espacio aéreo en un “sálvese quien pueda” tecnológico.

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