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El labor market manda una señal

Foto. EFE

El mercado laboral está mandando señales mixtas, pero la última tanda de datos no pinta tan bien como parecía. Las continuing claims —o sea, la gente que sigue recibiendo beneficios por desempleo porque no ha encontrado trabajo— llegaron a 1.974 millones a finales de julio, el nivel más alto desde noviembre de 2021. Esto significa que, aunque los despidos no estén aumentando drásticamente, a los que pierden el empleo les está costando más volver a colocarse.

La semana que terminó el 2 de agosto también trajo 226,000 solicitudes iniciales de desempleo, un leve aumento frente a la semana anterior. Pero el golpe fuerte vino con las revisiones: el Bureau of Labor Statistics (BLS) corrigió los datos de mayo y junio, restando 258,000 empleos a lo que había informado antes. ¿La consecuencia del cambio? Transforma lo que parecía un mercado laboral moderadamente sólido en uno mucho más débil de lo que se pensaba.

¿El drama económico? Lo tenemos. El presidente Trump despidió a la comisionada del BLS acusando que el reporte estaba “manipulado”. En realidad, los problemas del BLS no tienen que ver con conspiraciones, sino con algo más mundano: menos presupuesto, encuestas con cada vez menos respuestas y métodos de recolección de datos que necesitan modernizarse. Esto no es solo un problema para economistas.

Si los datos laborales no son precisos, la Reserva Federal podría tomar decisiones de tasas de interés con información incompleta, y eso afecta directamente lo que pagas por tu hipoteca, tu tarjeta de crédito o tu préstamo de auto.

Y ojo al dato final: tras este informe, la probabilidad de que la Reserva Federal baje las tasas en septiembre subió al 91% (desde 38% la semana pasada). Si se confirma, podríamos ver un respiro en los costos de financiamiento, aunque con un mercado laboral débil, ese alivio podría venir acompañado de menos ofertas de trabajo.