Bo Hines, quien se desempeñaba como el principal encargado de cripto bajo la administración de Trump y colaborador de David Sacks, ha decidido dejar su puesto. Según el informe original, Hines, quien también era director ejecutivo del Consejo Cripto de la Casa Blanca, anunció su salida el pasado domingo. Su próximo destino será el sector privado, dejando tras de sí lo que describió en un comunicado en X como "el honor de una vida". Aun así, continuará brindando su apoyo en proyectos de inteligencia artificial junto a Sacks.
La conocida presentadora de Crypto in America, Eleanor Terrett, ha mencionado que Patrick Witt es el candidato más probable para asumir el rol que deja Hines. Witt es un antiguo funcionario sénior en tecnología del Pentágono con experiencia al frente de organismos como DARPA y la Agencia de Defensa de Misiles. Además, ya tiene un historial de colaboración durante el primer mandato de la administración Trump. La transición llega en un momento donde se cuestiona la cantidad de Bitcoin que posee el gobierno de Estados Unidos, destinada a ser el sustento de su Reserva Estratégica de Bitcoin.
La administración de Trump ha manejado con discreción la información sobre las reservas de Bitcoin del país. Hace dos semanas, durante una entrevista en Crypto in America, Hines evitó ofrecer detalles sobre la cifra exacta, explicando que "hay varias razones por las que no estamos revelando eso por ahora". Esta precaución coincide con reportes que especulan que Estados Unidos podría tener apenas 29,000 Bitcoin, en contraste con los 200,000 que David Sacks mencionó en su momento. La manera en que se clasifican los activos incautados o confiscados es un tema que afecta su estatus legal como propiedad gubernamental.
En el ámbito de las criptomonedas, Bitcoin reportó un incremento del 1.3% en las últimas 24 horas, situándose en $118,170. De forma similar, Ethereum subió un 1.5% alcanzando los $4,230. En un movimiento destacable, la Universidad de Harvard ha optado por invertir $117 millones en un ETF de Bitcoin, superando sus inversiones en Google y Nvidia. Este cambio estratégico podría marcar una nueva tendencia en las finanzas académicas, ligándolas más a las criptomonedas.
