Esto fue lo más importante ayer: el presidente Trump citó la Sección 740 de la Home Rule Act para asumir temporalmente el control del departamento de policía de Washington DC, delegando la gestión en la AT Pam Bondi. Según la ley, el presidente puede ordenar este traspaso si declara “circunstancias especiales de emergencia” sin necesidad de pruebas ni aprobación previa del Congreso. Qué él pida que en DC se le da.
El anuncio se produjo tras la agresión a Big Balls, aunque las cifras oficiales muestran una baja sostenida en la criminalidad.
DURACIÓN Y LÍMITES LEGALES
La Sección 740 permite un control inicial de 48 horas, ampliable hasta 30 días. Cualquier extensión posterior requiere la aprobación conjunta de ambas cámaras del Congreso, actualmente controladas por los republicanos, lo que podría facilitar una prórroga si el presidente frota la lámpara del Capitolio.
Trump ha insinuado que podría buscar revocar por completo la Ley de Autonomía, eliminando la limitada autogestión que la capital ha tenido desde 1973. La medida generó rechazo de la alcaldesa Muriel Bowser, quien aceptó, pero a regañadientes.
MÁS ALLÁ DE LA POLICÍA
El plan presidencial incluye el despliegue de 800 miembros de la Guardia Nacional y la posibilidad de reinstaurar el Control Board, un órgano federal que ya administró la ciudad entre 1995 y 2001. Esto reduciría drásticamente el poder local y concentraría en la Casa Blanca decisiones sobre seguridad y gestión.
Aunque Trump justifica sus acciones como respuesta a una emergencia, los críticos apuntan que los datos no avalan esa narrativa y que el verdadero objetivo podría ser aumentar la injerencia federal en la capital. Y si es así, la “emergencia” es más política que real.
