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Prisiones en zonas protegidas: el precio de ignorar las leyes ambientales

Una jueza federal ordenó una suspensión temporal de 14 días en la construcción adicional de Alligator Alcatraz, mientras se decide si el proyecto infringe leyes ambientales.

Foto: EFE

“Alligator Alcatraz no es solo inhumano, sino que también tiene un impacto destructivo al medioambiente”. Así lo dijo Antonieta Cádiz, directora ejecutiva de Climate Power en Acción, en una entrevista con Jorge Ramos sobre el impacto climático de construir prisiones en zonas protegidas. Y sí, hablamos de una cárcel en medio de los Everglades, porque aparentemente no había suficiente espacio en el resto de Florida.

El centro, improvisado sobre un antiguo aeropuerto, se ubica en el corazón de un ecosistema reconocido por la UNESCO por su biodiversidad y protegido por leyes federales. Pero esa protección parece ser tan frágil como la paciencia de un pantera de Florida. “El impacto es un desastre. Esta es un área protegida que no debería tener un centro de detención en su corazón. Hay un impacto ambiental importante”, dijo Cádiz.

Las demandas no tardaron en llegar. 

Organizaciones ambientalistas y la tribu Miccosukee han llevado el caso a tribunales, alegando violaciones a la Ley Nacional de Política Ambiental (NEPA) y a la Ley de Especies en Peligro de Extinción. 

Una jueza federal ordenó una suspensión temporal de 14 días en la construcción adicional, mientras se decide si el proyecto infringe estas leyes. El gobierno de Florida y la administración de Donald Trump, por su parte, dicen que como es un proyecto estatal, no aplica la revisión ambiental federal. 

“Lo que está haciendo la administración, el gobernador Ron DeSantis, y el Partido Republicano es completamente ignorar la legislación actual y simplemente actuar sin consecuencias ni se preocupan por el impacto de lo que están haciendo”, añadió.
Foto: EFE

El impacto ambiental va mucho más allá de unas cuantas hectáreas de asfalto. 

“Cuando tienes una instalación como esta, tu liberas desechos o el escurrimiento… básicamente agua contaminada. Y tú tienes en este lugar especies en peligro de extinción y estás literalmente tirando agua contaminada”, explicó. A eso se suman los reflectores de alta intensidad que se ven a 15 millas, alterando el ciclo natural de animales nocturnos. 

“El impacto para animales que están acostumbrados a vivir en la oscuridad y a desarrollar su hábitat, esto es altamente destructivo”.

Por dentro, la historia tampoco es inspiradora, según las denuncias de los abogados de las personas detenidas en el centro: comida contaminada, baños que se desbordan, mosquitos y aire acondicionado que falla en pleno calor de Florida. ¿El costo anual estimado? $450 millones. ¿El valor ecológico perdido? Incalculable.

La tribu Miccosukee denuncia que no fue consultada, pese a su conexión histórica y cultural con los Everglades. Los expertos que testificaron en el juicio advirtieron que la pavimentación adicional podría reducir el hábitat de la pantera de Florida, afectar a aves y reptiles y filtrar químicos nocivos a las aguas.

“Qué pensaría Trump si el día de mañana le construyéramos una planta de desechos tóxicos en una de sus canchas de golf”.

El futuro de Alligator Alcatraz dependerá de cómo se defina su jurisdicción. “¿Cuál es la jurisdicción de este centro? ¿Es estatal o federal? Y dependiendo de eso… son decisiones que se van a poder tomar con respecto a las operaciones de ese centro”. 

Mientras tanto, sigue operando en uno de los ecosistemas más frágiles de Estados Unidos, demostrando que, para algunos, la política migratoria está por encima de la política ambiental.