¿Quién dijo que las sirenas solo viven en cuentos? En Washington D.C., un fenómeno está transformando la fantasía en una poderosa herramienta de inclusión, creatividad y autoaceptación. Se llama mermaiding, y no es solo un pasatiempo: es arte, fitness y una declaración cultural que está llenando piscinas y redes sociales de inspiración. Liderado por figuras como Chè Monique, este movimiento no solo redefine lo que significa soñar, sino también cómo esos sueños pueden cambiar vidas.
De sueño infantil a profesión acuática
Chè Monique se desliza por un lago en Virginia con una cola de silicón de 40 libras, más pesada que tu mochila del cole. Esta mujer convirtió un sueño de infancia en su día a día. Transformarse en sirena le toma 15 minutos, y a veces incluso provoca calambres en las manos. Pero el resultado es pura magia.
“Es como vivir el sueño de tu infancia,” confesó Monique a WTOP.
Sin embargo, su impacto va mucho más allá del agua. Monique enseña clases, modela, hace performances en eventos y se convirtió en una sensación en redes sociales desde su aparición en el documental de Netflix MerPeople. Con mensajes de amor propio y diversidad corporal, ha inspirado a más de medio millón de seguidores, demostrando que la verdadera magia está en abrazar quién eres.
Nace una comunidad: The Society of Fat Mermaids
Monique es una líder cultural que ha llevado el mermaiding a otro nivel. Fundadora de The Society of Fat Mermaids, un colectivo que celebra la inclusión y la autoaceptación, creó un espacio donde todos los cuerpos son bienvenidos. “Todo el mundo es bienvenido, pero nos enfocamos en la gente gorda”, explica. Este grupo no solo diseña trajes de sirena de talla grande, sino que también organiza eventos que demuestran que los cuentos de hadas son para todos.
Más que viralidad: un impacto real
El mermaiding en DC no es solo una actividad divertida; es un movimiento que está cambiando la forma en que las personas se ven a sí mismas y a los demás. Para muchos, ponerse una cola de sirena es un acto de liberación, una forma de desafiar las normas sociales y celebrar su autenticidad. Como dice Monique: “Con una cola de sirena no puedes tomarte demasiado en serio, y eso abre la mente”.
El impacto de Monique va mucho más allá de los likes y los comentarios. A menudo, personas se le acercan emocionadas para agradecerle. “Una mujer me dijo: ‘Eres tan hermosa. Y estoy viendo lo hermosa que yo soy’”, recordó Monique. Pero no todo es glitter y aplausos. En internet, también enfrenta críticas. Algunos la acusan de “glorificar la obesidad”, pero ella responde con firmeza:
“Mi mensaje no es ‘sube de peso’, sino que tal como eres eres digno de amor y celebración”.
El mermaiding arrasa en DC (y nadie lo vio venir)
Lo que arrancó como un nicho ahora es un boom cultural. The Washington Post señala cómo en DC el mermaiding ya une cosplay, fitness y autocuidado. Piscinas y clubes ofrecen clases para nadar con cola; las comunidades diseñan trajes, organizan convivencias y celebran la creatividad como identidad. Aquí nadie juzga: solo importa quién eres y cuánto te atreves a soñar acuáticamente.
Monique sueña con llevar su sociedad a otro nivel, con membresías formales y espectáculos que combinen arte y fantasía. “Quiero algo al estilo Cirque du Soleil, un show retro de los años 50, una experiencia acuática completa en Las Vegas”, compartió. Pero más allá de los grandes escenarios, lo que más la motiva son los mensajes diarios de quienes se sienten inspirados por su trabajo.
El mermaiding en DC no es solo un pasatiempo; es un recordatorio de que los sueños de infancia pueden convertirse en realidades transformadoras. La capital nos demuestra que un sueño de infancia puede romper la rutina, transformar vidas y recordar que todos —sin importar talla, color o historia— merecemos nuestro lugar bajo el sol… o bajo el agua.