Sachamama Original Series, el brazo documental de la organización ambiental sin fines de lucro Sachamama, en alianza con ViX Univision, lanzó “Los Ángeles: El fuego que no se extinguió”, una serie documental de tres partes que expone las consecuencias de los incendios forestales de enero del 2025 en las comunidades latinas del sur de California.
Más que una historia sobre incendios forestales, es una historia sobre abandono, resiliencia y justicia, y un recordatorio contundente de que la crisis climática está haciendo que estos desastres sean más frecuentes, más destructivos y más injustos para las comunidades con menos recursos para enfrentarlos.
Esta campaña ofrece a medios de comunicación, organizaciones comunitarias y aliados un Kit de Herramientas para Redes Sociales, con videos, gráficos y mensajes para compartir la serie, crear conciencia y educar a audiencias en todo el país.
Con este trabajo se busca resaltar a las familias latinas y líderes comunitarios que vivieron los incendios del 2025: desde padres desplazados que luchan contra negaciones de seguros hasta organizadores comunitarios que impulsan la resiliencia climática, voces que con demasiada frecuencia quedan fuera de la cobertura mediática tradicional.
Además se quiere generar conciencia sobre el impacto desproporcionado de la crisis climática en las comunidades latinas, movilizar acciones para lograr políticas de recuperación justas y medidas de prevención más sólidas, y empoderar a líderes con herramientas y plataformas para impulsar cambios sistémicos.
La serie está disponible en el canal de YouTube de Sachamama y fue transmitida en A Esta Hora de Univision (ViX / Noticias Univision 24/7).
“Esta serie busca darle una voz, darle un rostro a la urgencia climática que estamos viviendo”, dijo Carlos Zegarra, director ejecutivo de Sachamama.
Ocho meses después de los incendios
Eaton estuvo entre los ocho incendios de maleza que comenzaron a inicios de enero en el condado de Los Ángeles. Junto al de Palisades, fueron dos de los tres incendios más destructivos en la historia de California. Ambos alcanzaron niveles nunca antes vistos en el sur del estado, dejando un saldo de más de 30 muertos y más de 15,000 edificaciones en ruinas.
Cerca de 200,000 personas se vieron desplazadas por el desastre. Muchos tuvieron solo minutos para escapar del fuego que se propagaba sin control.
El humo y las partículas microscópicas tóxicas de los incendios causaron efectos negativos sobre la salud pública. Los vientos que avivaron el siniestro también desplazaron la contaminación a vecindarios alejados de la zona de desastre.
Mientras los esfuerzos de respuesta comenzaron, las comunidades latinas, que constituyen una parte significativa de la población del condado, reportaron que enfrentaron desafíos adicionales debido a barreras sistémicas y políticas que perjudicaron su acceso a recursos y apoyo.
Marisela Viramontes, damnificada de Altadena, expresó haber sentido que las autoridades trataron de manera diferente a las víctimas de los incendios. Señaló que hubo vandalismo en las viviendas y un mayor apoyo en los Palisades. “Siento que no nos están protegiendo”.
Ocho meses después, los hispanos siguen afrontando desigualdades en el acceso a recursos, mayor exposición a riesgos tóxicos y dificultades económicas para reconstruir sus hogares y negocios.