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¿ICE te puede detener por hablar español o parecer latino? Perfilamiento racial legalizado

La Corte Suprema permitió que la raza, el idioma y el empleo sean factores para detener a alguien.

Foto: EFE

La Corte Suprema volvió a recordarnos que las decisiones judiciales pueden tener efectos que se sienten mucho más allá del estrado. Con su reciente fallo sobre patrullas de inmigración en Los Ángeles, la corte permitió que la raza, el idioma y el empleo sean factores para detener a alguien.

Lo que para algunos es aplicar la ley, para otros suena como abrir la puerta a la discriminación sistemática. Y en una ciudad donde uno de cada tres habitantes es extranjero, las implicaciones son inmediatas y visibles.

En pocas palabras. ICE te puede detener solo por hablar español o parecer latino. ¿La nueva America? Al parecer.

La polémica no es solo legal, sino social. Vecinos que antes caminaban tranquilos por su barrio ahora lo piensan dos veces. Familias enteras modifican rutinas por miedo a ser detenidas sin motivo. Los defensores de derechos civiles llaman a esto “perfilamiento racial legalizado”, mientras que la administración habla de “patrullas eficientes”. El debate nos obliga a cuestionarnos hasta qué punto la seguridad puede justificar lo que antes considerábamos inaceptable.

El fallo refleja además un choque de realidades entre teoría y práctica. Mientras la corte menciona factores como empleo o conocimiento del inglés como “indicadores sensatos”, quienes viven la experiencia diaria ven cómo estos criterios se vuelven excusas para detener a cualquier persona que encaje en un estereotipo. La ironía es clara: un sistema pensado para proteger derechos constitucionales se enfrenta a la paradoja de legitimarlos y vulnerarlos al mismo tiempo.

El comienzo de algo mucho más profundo. ¿Qué dice de una sociedad cuando la ley permite, incluso con buenas intenciones, que ciertos grupos vivan bajo vigilancia constante por cómo lucen o hablan?