El famoso shoplifting crisis que sonaba a inminente colapso del retail en Estados Unidos parece que fue más cortina de humo que otra cosa. Porque sí, hubo robos —y algunos muy violentos—, pero la narrativa se infló al punto de que terminó sirviendo como explicación conveniente para pérdidas, errores de inventario y hasta malas decisiones estratégicas.
Hoy los números pintan otra cosa: los casos de robo en tiendas están cayendo y las cadenas celebran sus nuevas políticas de seguridad como si fueran el antídoto definitivo.
LOS DATOS CUENTAN LA VERDAD
- Entre 2021 y 2023, cadenas como Target, Walgreens y Home Depot alertaron sobre pérdidas millonarias por hurto. El CEO de Target llegó a llamarlo un “nivel inaceptable de crimen”. Pero, datos del Council on Criminal Justice mostraron que de 24 ciudades analizadas, 17 reportaban caídas en los robos frente a 2019, lo que cuestionaba la idea de una crisis generalizada.
- En la primera mitad de 2025, los reportes de shoplifting bajaron un 12% en promedio respecto al mismo periodo del año anterior. En Nueva York, uno de los epicentros de la supuesta crisis, los robos en retail cayeron un 12% anual y un 5% en el resto del estado, según la gobernadora Kathy Hochul, tras invertir $40 millones en fuerzas especiales contra el crimen organizado.
- El indicador más seguido por la industria, la shrink rate (pérdida de inventario), también va en descenso. Walmart informó que sus niveles actuales están por debajo de los pre-pandemia. Target proyecta lo mismo para este año, y Home Depot asegura que las “mejoras medibles” provienen de inversiones en seguridad y mayor coordinación con la policía.
- La pandemia distorsionó aún más los números. En 2020, al estar las tiendas cerradas, las pérdidas se redujeron artificialmente. Luego, cuando reabrieron y midieron inventario en 2022, descubrieron más productos desaparecidos de lo previsto, lo que infló los reportes de shrink. Ese ajuste hizo parecer que el problema explotaba justo cuando las cadenas reabrían.
- A nivel legal, más de 80 leyes estatales se aprobaron en cuatro años para frenar el crimen organizado en retail. En 2022, el Congreso aprobó el Inform Consumers Act, que obliga a Amazon, Facebook y otros marketplaces a verificar la identidad de vendedores externos, cerrando la puerta a parte del mercado de reventa de productos robados.
Aunque los castigos más severos fueron parte de la estrategia, el Departamento de Justicia advierte que la clave no está en la dureza de la pena, sino en la probabilidad de ser atrapado. En paralelo, las empresas cerraron filas: eliminaron cajas de autopago, bloquearon pasillos enteros y aumentaron la vigilancia interna, aunque a costa de incomodar al cliente.
LA NARRATIVA VENDE Y MUCHO
En fin, mucho ruido, poca realidad. El apocalipsis del shoplifting terminó siendo una mezcla de hechos, percepciones y estrategias corporativas. ¿La mejor parte? No es solo que los robos estén bajando, sino cómo las empresas usaron esa narrativa para justificar pérdidas y cambios de estrategia. Y aunque los números actuales suenan alentadores, el costo lo siguen pagando los consumidores, que ahora compran champú tras un candado como si fuese un Rolex.