Rolling Stone, The Hollywood Reporter y otras cabeceras de Penske Media se convirtieron en el primer gran grupo estadounidense en demandar a Google por sus resúmenes con AI.
El argumento: las AI Overviews que aparecen arriba en las búsquedas dejan al lector satisfecho con un párrafo generado por máquina, sin necesidad de hacer clic en la nota original. Según la demanda, eso ha desplomado el tráfico y los ingresos de la compañía, con una caída de más de un tercio en su negocio de enlaces afiliados. Les creemos totalmente.
EL DILEMA QUE PLANTEA PENSKE ES BRUTAL
Bloquear a Google significaría desaparecer del buscador más usado del planeta. Seguir indexando implica alimentar con su contenido al mismo sistema que lo erosiona. En sus palabras, es “añadir combustible al fuego que amenaza todo el negocio editorial”.
La queja se suma a las de Chegg en EEUU, grupos de editores en Europa y medios como The New York Times, que ya han llevado a Microsoft y OpenAI a los tribunales.
El trasfondo es que el modelo de internet basado en tráfico, clics y publicidad está en crisis. Google insiste en que los resúmenes hacen la búsqueda “más útil” y niega que perjudiquen a los medios. Pero la ecuación es difícil de sostener: si el buscador retiene al usuario con contenido generado a partir del trabajo de otros, ¿qué incentivo queda para producir ese contenido?
La paradoja es clara: la web abierta se muere de éxito, devorada por la misma plataforma que alguna vez la impulsó.