Obamacare vuelve a ser la pieza del dominó que puede tumbar todo el juego político en Washington. El futuro de las subvenciones reforzadas —esas que han permitido a millones pagar seguros que de otro modo serían imposibles— expira justo cuando el Congreso debe decidir si mantiene al gobierno abierto o no.
En otras palabras: salud y shutdown se cruzan en el mismo semáforo. Para algunos legisladores, estas ayudas son “temporales” y caras, para otros, son la diferencia entre vida y muerte para sus votantes. Y, en medio del caos, son los republicanos —históricamente críticos del Affordable Care Act— quienes tienen ahora en sus manos extenderlo o dejarlo caer. La ironía es que la misma política que quisieron derogar podría ser lo que evite un cierre del gobierno.
DECIDIR O CERRAR
Los intercambios estatales de Obamacare advierten que, si el Congreso no decide antes del 30 de septiembre, millones podrían abandonar o no completar su inscripción para 2026. ¿La razón? Sin subsidios renovados, las aseguradoras ya publican primas mucho más altas y la gente ve precios inflados al “window shop” en octubre. Esa confusión podría dejar a miles sin cobertura y costará mucho más recuperarlos después.
- Subsidios reforzados al filo del vencimiento. Las ayudas extra de Obamacare, aprobadas durante la pandemia, terminan en diciembre. Si no se renuevan, las primas subirían hasta 75% en promedio para 2026, según KFF. Esto afectaría a más de 24 millones de personas, la mayoría con ingresos bajos o moderados. Los estados del sur, que más crecieron en inscripciones, serían los más golpeados, y millones podrían quedar sin cobertura justo antes del periodo de inscripción.
- El dilema político en el Congreso. Los demócratas exigen incluir la extensión de subsidios en el paquete para evitar el shutdown del 30 de septiembre. Los líderes republicanos, en cambio, dicen que el debate sobre Obamacare debe ir aparte. Mientras tanto, algunos republicanos de distritos competitivos han presentado propuestas para extender las ayudas por un año, conscientes de que un aumento de primas podría volverse en su contra en 2026.
- Impacto directo en votantes y en el presupuesto. Renovar las subvenciones costaría unos 30 mil millones de dólares en un año, pero podría evitar que más de 4 millones queden sin seguro y que otros enfrenten aumentos desorbitados. La decisión tiene implicaciones más allá de la salud: podría definir la narrativa política de las elecciones y marcar un precedente sobre cuánto puede el Congreso vincular políticas sociales con la aprobación del presupuesto federal.
MONEDA DE CAMBIO
En este escenario, no hay respuestas fáciles ni ganadores claros: renovar o no las subvenciones de Obamacare significa decidir entre un costo fiscal inmediato y un costo social potencialmente enorme. En pocas palabras: salud y presupuesto se convirtieron en la misma moneda de cambio en Washington.