En el corazón de nuestra capital, una celebración muy nuestra se alza con orgullo: el esperado Fiesta DC, el festival hispano más grande del país. En un ambiente de incertidumbre y miedo que ha llevado a la cancelación de otros eventos, esta fiesta se mantiene firme como un grito de resiliencia y alegría. Su mensaje es claro y sin titubeos: “Si puede salir, venga y acompáñenos”.
La valentía de una fiesta
Mientras en otras regiones del país la fiesta se mezcla con una realidad más compleja, en DC nos negamos a apagar nuestra celebración. El Mes de la Herencia Hispana, que se celebra del 15 de septiembre al 15 de octubre, tradicionalmente anuncia un periodo de eventos efervescentes. Este año, sin embargo, la cautela ha llevado a la cancelación de festivales como el Salvadoreñísimo y el Festival del Mes de la Herencia Hispana en Wheaton. El organizador del Festival Salvadoreñísimo, Fredy Díaz, lo expresó sin rodeos:
“Celebrar un evento público grande en este momento podría crear involuntariamente una oportunidad para acciones de cumplimiento de la ley de inmigración, y nos rehusamos a poner a nadie en riesgo”.
A pesar de este clima de miedo, el Fiesta DC se niega a ceder. María Patricia Corrales, la presidenta del festival, no solo está arriesgándolo todo, sino que también defiende que honrar las tradiciones es más importante que nunca. Para ella, el miedo es un obstáculo que debe enfrentarse con la misma determinación con la que se supera una tormenta. Su postura es inquebrantable:
“No voy a cancelar. No voy a dejar que el miedo gane”.
Ven a celebrar en Fiesta DC
Este año, en su edición 53, el festival promete ser un evento memorable. Se celebra los días 27 y 28 de septiembre, atrayendo a miles de personas a Pennsylvania Avenue. Más de 25 artistas internacionales han confirmado su participación, garantizando una celebración inolvidable con desfiles, música y el olor de las pupusas que invitan a los transeúntes.
Corrales también ha implementado planes de contingencia para apoyar a los vendedores si la asistencia se ve afectada por el miedo. Está siendo “muy, muy cuidadosa en especificar que, para ganar cualquier premio, es necesario disponer de los documentos adecuados para ello”, y su equipo está dispuesto a comprar la mayor cantidad de comida posible si la afluencia de público es baja, además de condonar la cuota de participación para el próximo año.
La resistencia como celebración
Para la comunidad de DC, la fiesta es un acto de afirmación cultural. En un momento en que el ambiente político provoca un “efecto escalofriante” en el resto del país —con la oficina de ICE en Seattle realizando cerca de 1,660 arrestos en los primeros siete meses del año— la capital se presenta como un faro de la cultura hispana. El Mes de la Herencia Hispana se ha convertido en una forma de defender nuestro derecho a existir.
Como Corrales afirmó: “Me pongo en manos de Dios. No voy a cancelar nada. No voy a dejar que el miedo me venza”. Esta edición de Fiesta DC es una prueba viviente de que nuestra cultura es imparable y nuestra voz, una que se celebra en las calles de la capital.