Tras el asesinato de Charlie Kirk, el Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes envió cartas a Discord, Twitch, Reddit y GitHub pidiendo explicaciones sobre cómo detectan y denuncian contenido extremista. El presunto atacante, Tyler Robinson, confesó sus planes y pasó horas en Discord, lo que levantó todas las red flags desapercibidas posibles.
Los legisladores quieren documentos sobre protocolos de moderación, coordinación con la policía y auditorías internas. Pero lo más llamativo es que la iniciativa reabre un debate casi tan viejo como el Internet mismo: ¿qué responsabilidad real tienen las plataformas cuando la violencia empieza en un chat?
¿DE QUIÉN ES LA CULPA?
Los republicanos hablan de revisar la Sección 230, que protege a las empresas de lo que publican sus usuarios, mientras algunos demócratas piden colaboración en vez de castigos.
El problema es que la culpa no cabe en una sola caja de zapatos: está la policía, que necesita más alertas en tiempo real; las plataformas, que pueden invertir en control tech más sofisticado; y los usuarios, que requieren educación digital para distinguir hate speech de un plan real.
El dilema es si internet puede —o debe— ser policía preventiva o si, por el contrario, promover tantas libertades como dictan los evangelios de Elon Musk en X, Mark Zuckerberg en Meta y, cómo no, el mismo Truth Social y Donald Trump.
UNA ZONA GRIS ETERNA
Ejemplos sobran: el tiroteo en Buffalo en 2022 se planificó en Reddit y Discord, y una parte se transmitió en Twitch. Pero también hay casos donde las compañías ayudaron a prevenir ataques, como cuando Discord alertó a la policía en Ohio en 2023. Esa mezcla prueba que el terreno seguirá siendo gris. Y hay un punto más incómodo: Internet nació como una promesa de libertad sin intermediarios, pero cada vez que la violencia golpea de cerca, resurgen las voces que piden trazar límites.
El problema de siempre: ¿quién define qué es “extremo” y dónde se marca la raya? Cualquiera que sea la respuesta, la culpa difícilmente se pueda repartir en partes iguales.
