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Una receta con límites

Photo by Hal Gatewood / Unsplash

El nuevo portal TrumpRx promete villas, castillas y ahorros de hasta 85% en algunos medicamentos, pero lo hace como quien promete y cruza los dedos: solo aplica para quienes no usen seguro médico. Eso excluye al 92% de los estadounidenses. Ejemplos como el de Xeljanz, que baja de $5,940 a $3,600, suenan atractivos, pero la mayoría de los asegurados ya paga copagos muy inferiores.

Entonces habrá un beneficio marginal que, aunque mediático, difícilmente altere la realidad de un mercado donde los precios siguen marcados por aseguradoras y PBM.

PFIZER AL TABLERO, LOS DEMÁS EN SILENCIO

Pfizer se convirtió en el rostro de la iniciativa, pero ni Medicare ni aseguradoras privadas entran en el trato. La rebaja en Medicaid ahorra al Estado más que a los pacientes, y la cobertura de medicamentos icónicos como Eliquis o Paxlovid sigue siendo ambigua. Trump prometió que otras farmacéuticas se sumarán, aunque no dio nombres.

Mientras tanto, el movimiento replica modelos europeos de venta directa, pero con un alcance limitado que parece más diseñado para el titular que para la transformación.

MARKETING DE CAMPAÑA O REFORMA REAL

TrumpRx encaja en la narrativa de un presidente que desde 2016 promete derribar el “Big Pharma pricing”. El problema es que medidas previas como el modelo de “nación más favorecida” nunca entraron en vigor.

Ahora, el portal revive esa ambición, pero sin tocar de fondo a los intermediarios que se sientan en la mesa los adultos para discutir los precios: PBM, el programa 340B o los costos de I+D. Sin ese debate, TrumpRx corre el riesgo de ser otro showcase político: visible, polémico y con impacto limitado en la vida diaria del votante.

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