El proyecto del nuevo estadio de los Washington Commanders en el sitio de RFK, con apertura prevista para 2030, está definido por un objetivo clave: convertirlo en el estadio de la NFL más accesible por transporte público del país. Más allá de lo deportivo, toda la estrategia gira en torno a una expansión inédita del sistema Metro y a la transformación de la movilidad para eventos masivos.
El reto: 30,000 aficionados llegando en metro
El concejal de DC Charles Allen, al frente del Comité de Transporte, lidera el sueño de que más de 30.000 aficionados lleguen al estadio en tren cada día de partido, multiplicando por seis la cifra actual en el estadio de Landover. "La idea es que tomen el Metro y luego caminen directamente hacia el nuevo estadio", explicó Allen, subrayando la experiencia de un acceso cómodo y sin coches. El objetivo supera incluso a ciudades como Seattle, donde solo 9,000 hinchas usan el tren para llegar a su estadio.
Dos estaciones y modernización total
WUSA9 explicó que alcanzar esa meta implica una transformación radical de la infraestructura de transporte. El plan incluye renovar completamente la estación Stadium-Armory y posiblemente construir una nueva estación en el lado opuesto del campus RFK. La escala es inédita: mover decenas de miles de personas en pocas horas requiere rediseños operativos, ampliación de accesos y más trenes disponibles durante los días de partido.
¿Cómo se paga la expansión?
El desarrollo de esta infraestructura plantea desafíos financieros significativos. Las primeras estimaciones para edificar una nueva estación de Metro apuntan a cientos de millones de dólares. Para despejar dudas, el gobierno de DC y la Autoridad de Tránsito del Área Metropolitana de Washington están por iniciar un estudio de $2 millones que determinará todos los requisitos técnicos, plazos y presupuesto real del proyecto.
Allen recalca que es una inversión necesaria: "Necesitamos saber exactamente qué se puede hacer y cuánto costará, pero sabemos que se trata de una inversión significativa que hay que planificar ya".
Estrategia de financiación
Para hacer realidad el plan del Metro, el Concejo de DC ha comprometido $20 millones anuales durante los próximos 30 años, provenientes de los ingresos del estadio, dedicados exclusivamente a mejoras de transporte. Esos fondos se pueden convertir en bonos, permitiendo financiar la construcción antes de que se recauden a lo largo de las décadas, acelerando así el calendario de obras.
Tiempo limitado
El margen para actuar es muy estrecho. Allen busca que el estudio y la planificación concluyan en apenas seis meses, para que las obras comiencen lo antes posible y el sistema esté listo para la inauguración. Adviertió: "Esta estación tiene que estar completa para entonces". Para el concejal, invertir en el Metro no es opcional; de lo contrario, la congestión por coches haría inviables tanto los partidos como la vida diaria de miles de residentes futuros.
La apuesta es clara: el éxito del estadio depende, más que nunca, del éxito del Metro.