Donald Trump logró en 2024 lo que parecía imposible: conquistar a una parte de los votantes jóvenes, especialmente a los hombres, que antes lo veían como el político más ajeno a sus intereses. Pero un año después, esos mismos jóvenes empiezan a mostrar grietas en su entusiasmo.
No es que se estén arrepintiendo —casi todos dicen que volverían a votar por él—, pero las dudas sobre su manejo de la economía, la inmigración y hasta su falta de transparencia empiezan a pesar. La paradoja es clara: sienten que Trump promete mucho, pero cumple a medias o en exceso, dependiendo del tema. Y aunque critican, tampoco ven a los demócratas como alternativa real. Al final, más que deserción, lo que hay es frustración.
VOTO SÓLIDO, PERO CON RESERVAS
De los 14 participantes, nueve desaprueban la gestión de Trump en general, pero casi todos seguirían votando por él. Esto muestra que la lealtad política no siempre coincide con la satisfacción en el desempeño. La desilusión existe, pero no necesariamente se traduce en un cambio de preferencia electoral.
- Frustración con inmigración y deportaciones. Muchos jóvenes Trump votantes respaldaban la idea de “fronteras fuertes” pero critican la implementación de las políticas de deportación. Algunos mencionan casos de migrantes inocentes expulsados, lo que genera conflicto con sus valores conservadores o religiosos. La incoherencia entre ser “pro-vida” y aplicar deportaciones masivas fue uno de los puntos más comentados en los focus groups. Los jóvenes no piden menos control migratorio, sino un manejo más “humano” y lógico.
- Economía: beneficios parciales y costos reales. Algunos siguen viendo a Trump como defensor de la clase trabajadora, pero cuestionan medidas como los aranceles a importaciones. Por ejemplo, los precios de autopartes subieron, afectando a negocios locales y consumidores, mientras que ciertos sectores industriales se benefician. Los jóvenes reconocen mejoras en algunos indicadores económicos, pero sienten que el costo de vida sigue subiendo. La conclusión: la economía puede estar “bien en números”, pero en la cartera de los jóvenes no tanto.
- Transparencia y temas internacionales. Los participantes mencionaron la percepción de falta de transparencia de Trump, citando desde los archivos de Epstein hasta su manejo de la guerra Israel-Hamás. La crítica no es solo sobre el contenido de las decisiones, sino sobre cómo se comunican. Para estos jóvenes, la información clara y coherente es clave, y cuando el mensaje cambia o parece confuso, su confianza cae.
- Tarifas y su efecto en consumidores. Aunque apoyan la idea de competir con otros países y proteger empresas estadounidenses, consideran que los aranceles actuales impactan más en consumidores que en grandes corporaciones. Esto genera frustración entre jóvenes que ven cómo los precios de bienes básicos y vehículos suben mientras la política económica parece favorecer a otros.
LOS DEMÓCRATAS NO SON LA MEJOR OPCIÓN
Los jóvenes ven al Partido Demócrata débil y poco atractivo. Aunque algunos jóvenes coinciden con posiciones demócratas en temas puntuales (aborto, inmigración, préstamos estudiantiles), casi todos los describen como “desconectados”, “extremos” o “no confiables”. Eso explica por qué, pese a críticas a Trump, no ven a la oposición como una opción viable.