El costo de la vivienda en Maryland ha alcanzado niveles sumamente altos, obligando a miles de personas a dejar el estado en busca de opciones más asequibles. La historia de Sherri Cook es un ejemplo claro: en febrero pasado, tuvo que abandonar Rockville, la ciudad donde su familia vivió por generaciones, debido al aumento constante de los precios y la incertidumbre tras los cambios recientes en DC.
“No saber cuánto podía subir fue lo más aterrador… Después de que los precios aumentaron tanto, fue mejor decisión irme”, contó Cook a WUSA9, ahora residente de Bowie.
Datos que reflejan la magnitud del problema
El informe de la Contraloría de Maryland revela cifras que llaman la atención:
- Entre 2010 y 2023, 2.3 millones de residentes dejaron Maryland, mientras que solo 2 millones se mudaron al estado.
- La proporción de hogares con ingresos suficientes para comprar una vivienda de precio medio cayó más del 25% entre 2000 y 2022.
- El estado enfrenta un déficit de 100,000 unidades de vivienda, según la Contralora Brooke Lierman.
La mayoría de los que se van buscan estados vecinos como Pennsylvania o Virginia, o destinos más lejanos como Florida, Texas y Carolina del Norte, en busca de viviendas más accesibles.
“En los últimos años, hemos perdido un promedio neto de 40,000 personas por año hacia estados con costos de vivienda más bajos y más oferta. Esta migración afecta al mercado laboral, la producción económica y los ingresos estatales y locales”, afirmó Lierman.
La compleja ecuación del mercado inmobiliario
El alto costo de la vivienda no es culpa de un solo factor. Según el informe, la situación está influida por:
- Aumento en costos de construcción, materiales y mano de obra.
- Aranceles y regulaciones que dificultan el desarrollo de nuevas viviendas.
- Maryland es el sexto estado más regulado para construcción residencial, lo que retrasa la creación de unidades y mantiene los precios altos.
El déficit proyectado de vivienda en Maryland es alarmante: se necesitan 590,000 nuevas unidades para 2045, y se deberían aprobar 30,000 permisos al año, pero desde 2014 solo se han permitido 18,000 anuales.
Soluciones a corto y largo plazo
Los líderes locales y estatales proponen distintas estrategias:
- Construcción acelerada de viviendas: el gobernador Wes Moore busca reducir obstáculos administrativos y agilizar permisos.
- Protecciones para inquilinos: políticas de “desalojos justificados” y estabilización de rentas, según Matt Losak, para evitar que las familias tengan que irse del estado.
- Acciones inmediatas mientras se construye más: como recuerda la concejala Izola Shaw, nuevos desarrollos tardan años en impactar los precios, por lo que medidas temporales son cruciales.
“No queremos que ‘construir para salir de la crisis’ sea solo un espejismo; debe ir acompañado de protecciones para quienes viven aquí ahora”, dice Losak.
Impacto humano: un mensaje implícito
Más allá de los números, la crisis envía un mensaje claro sobre quién es bienvenido en Maryland. Cook lamenta que las autoridades no escuchen plenamente a los residentes:
“Siento que han dejado muy claro, sin decirlo, a quién prefieren y a quién no. Que no se paren por los residentes y no los escuchen dice mucho”, afirmó.
Maryland enfrenta una crisis habitacional que combina escasez de viviendas, altos precios y políticas complejas. Mientras los esfuerzos a largo plazo buscan aumentar la oferta, la implementación de medidas inmediatas, como estabilización de rentas y protección de inquilinos, es clave para evitar que más familias abandonen el estado y mantener la cohesión de las comunidades locales.