¿Quién cuenta la historia de los latinos en Estados Unidos, y en qué idioma? La respuesta a esa pregunta dice más sobre el poder que sobre la lengua. Durante más de medio siglo, los medios en español han sido un puente y un campo de batalla: un espacio donde identidad, negocio y representación han chocado una y otra vez.
En su nuevo libro, En vivo desde América: cómo la TV latina conquistó Estados Unidos, Javier Marín reconstruye el ascenso de Univisión para revelar algo más profundo: cómo se ha disputado el control de la narrativa en español en el país más influyente del planeta.
De los obstáculos para "Ricky Ricardo" en los 50 hasta aparecer en prime time para Bad Bunny
En sus análisis sobre el español, desarrollados en sus artículos de Substack y conectados con las ideas de su libro, Marín recuerda la reciente aparición de Bad Bunny y Marcelo Hernández en Saturday Night Live, encarnando a los personajes de El Chavo del 8. Por unos minutos, el español volvió a dominar el escenario central de la comedia estadounidense.
“En tiempos de persecución y discursos antiinmigrantes, ver nuestro idioma ocupar el prime time fue un acto de resistencia cultural”, escribe Marín. Esa escena tiene un eco histórico.
En los años 50, Desi Arnaz, el cubanoamericano detrás de I Love Lucy, fue el primer actor en hablar español dentro de un sitcom de una cadena nacional. Su mezcla de acento y humor conquistó al público, pero tras una entrevista en la que denunció los obstáculos que enfrentaba como inmigrante, CBS prohibió el uso del español en el programa.
Setenta años después, como Marín reflexiona en sus escritos en Substack, cuando Bad Bunny dijo en vivo que los estadounidenses tenían “cuatro meses para aprender español” antes del halftime show del Super Bowl, el comentario desató reacciones políticas, incluso peticiones para declarar el inglés como idioma oficial del país.
La historia se repite: cada avance del español en el centro cultural de Estados Unidos provoca una respuesta que busca reprimirlo.
Para Marín, la conclusión es clara: el español en Estados Unidos nunca ha sido solo un idioma; ha sido un espejo de poder, pertenencia y resistencia.

Política, medios y el voto latino
El control del relato en español también ha estado atado a la política. En su análisis sobre Why Learning History Matters, Marín revive una escena olvidada: en 1961, el comediante Cantinflas viajó a Texas para apoyar la campaña del demócrata Henry B. González, quien se convertiría en el primer congresista mexicano estadounidense nacido en el estado.
Detrás de esa alianza cultural y política estaban dos pioneros de los medios: Emilio Azcárraga Vidaurreta, fundador de Televisa, y Emilio Nicolás Sr., creador de la Spanish International Network, que años después se transformaría en Univisión.
“Esa campaña fue mucho más que política: fue una señal de que la voz latina podía cambiar el futuro de América”.
La historia demuestra que el voto latino y los medios en español siempre han ido de la mano. Hoy, mientras el país se prepara para nuevas elecciones y las tensiones sobre migración, educación y representación se intensifican, la pregunta vuelve a ser la misma:
¿Quién encuadra la narrativa de los hispanos en Estados Unidos? ¿Se cuenta desde Miami o desde Ciudad de México? ¿Desde las mesas de redacciones de Nueva York o desde algoritmos diseñados en Silicon Valley?Caciques modernos: los que definen qué se dice y cómo se dice
En su serie Caciques uno de los escritos en español del autor en Substack, Marín explora el origen y la evolución del término taíno que daba nombre a los jefes indígenas. Con el tiempo, cacique pasó a significar déspota o tirano. Pero el autor propone resignificarlo: ver al cacique como el líder —bueno o malo— que organiza y representa a su comunidad.
“Algunos de estos caciques construyeron puentes; otros, imperios”, escribe.Desde los magnates de Televisa y Univisión hasta los ejecutivos que manejan plataformas de streaming o los creadores independientes en YouTube, los caciques del presente siguen moldeando la forma en que los latinos se ven a sí mismos y cómo el país los percibe.
En ese mapa de poder, En vivo desde América se lee como una radiografía de influencias: una historia sobre cómo el idealismo de los pioneros dio paso a la era corporativa, y cómo el futuro del contenido en español podría definirse no por los periodistas o artistas, sino por los algoritmos.
Un relato sobre identidad, memoria y futuro
Mientras la población hispana se acerca al 30 % del total de Estados Unidos, el control de su narrativa cultural se vuelve un asunto central. Ya no se trata solo de medios o entretenimiento, sino de democracia, representación y memoria.
Marín sostiene que recuperar la voz en español implica recordar y reinventar: recordar a quienes abrieron camino cuando hablar el idioma era un riesgo, e imaginar nuevas formas de contar nuestras historias en una era dominada por la inteligencia artificial y el contenido automatizado. Y eso, justo eso, es lo que aborda en su libro En vivo desde América: cómo la TV latina conquistó Estados Unidos.
“El español ya no pide permiso”, escribe. Pero eso no significa que el conflicto haya terminado. Al contrario: la disputa por quién lo usa, quién lo distribuye y con qué propósito apenas comienza.
Desde hoy 28 de octubre, En Vivo Desde América está disponible en español en librerías y plataformas digitales de la mano de Editorial Planeta. Un libro que no solo cuenta una historia fascinante sobre la televisión latina, sino que también nos lleva a la reflexión. ¿Quién controla la narrativa en español en Estados Unidos? Porque quien controla la historia, controla también la imaginación —y, con ella, el futuro.