A partir de este noviembre, los amantes de la comida al aire libre en Washington DC deberán despedirse de muchas de sus opciones favoritas. El Programa Temporal de Streateries, creado durante la pandemia para apoyar a los negocios locales, terminará el 30 de noviembre, marcando el cierre de una etapa que permitió a restaurantes y cafeterías mantener sus puertas abiertas en tiempos difíciles.
Un salvavidas que ayudó a sobrevivir la pandemia
“El negocio no podría haber sobrevivido la pandemia sin esto. Fue un verdadero salvavidas”, afirmó Kristen Barden, directora ejecutiva del Adams Morgan Partnership BID.
Durante la emergencia sanitaria, este programa permitió a los restaurantes instalar mesas en la acera y zonas de estacionamiento, asegurando que los clientes pudieran comer de manera segura cuando las comidas en interiores estaban restringidas.
Actualmente, el Departamento de Transporte del Distrito lanzará un Programa Permanente de Streateries, pero con cambios significativos:
- El espacio ya no será gratuito.
- Los negocios deberán pagar $20 dólares por pie cuadrado.
- Deben cubrir barreras, permisos y otras tarifas.
Costos que muchos negocios no pueden asumir
Barden señaló a WTOP que los nuevos costos son prácticamente imposibles para negocios que ya enfrentan el aumento de precios de alimentos y mano de obra.
“Es un poco decepcionante que la ciudad no vea esto como un generador de ingresos. Solo los impuestos sobre las ventas deberían cubrir más que suficiente estas tarifas”, comentó.
En Adams Morgan, 33 negocios cuentan con streateries temporales, pero solo tres planean mantenerlos permanentes debido a los altos costos. Un ejemplo es la cafetería Tryst, ubicada en la calle 18th NW, cuyo costo estimado para mantener el espacio sería de $5,000 a $6,000 al mes. Según Zain Imdad, subgerente general, “el precio es extremadamente alto. No vale la pena para la mayoría de los negocios de la zona”.
Qué significa para los clientes
Afortunadamente, no todos los negocios esperan un impacto negativo en sus ventas. Muchos clientes prefieren sentarse adentro o llevar sus pedidos para llevar, por lo que la decisión no necesariamente afectará la afluencia.
“Por el tiempo que lo tuvimos, aprovechamos y disfrutamos el espacio, pero creo que ya es hora de decir adiós”, concluyó Imdad.
Con el fin del Programa Temporal de Streateries, DC cierra un capítulo que ayudó a mantener vivos a muchos negocios durante la pandemia. Aunque el outdoor dining cambiará radicalmente, la ciudad ofrece un nuevo programa permanente, aunque con costos que podrían limitar su alcance. Para los locales y visitantes, la experiencia al aire libre será más selectiva, pero la tradición de disfrutar la comida callejera sigue viva, aunque con un precio más alto.
