El cierre parcial del gobierno federal ha dejado sin sueldo a miles de trabajadores en el área de DC y amenaza los beneficios del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), poniendo a la región al borde de una crisis alimentaria. Organizaciones locales aceleran sus esfuerzos para garantizar que las familias más vulnerables no queden sin alimentos esenciales.
Aumento de la demanda en bancos de alimentos
La Capital Area Food Bank (CAFB) abrió cinco centros de distribución la semana pasada en DC, Alexandria y Hyattsville, atendiendo a 1,500 trabajadores federales en su primera semana, el doble de lo esperado. Los centros operarán cuatro días a la semana, y requieren identificación gubernamental para entregar cajas con productos de despensa y vegetales frescos.
Radha Muthiah, presidenta de CAFB, señaló a Axios: “No hay manera de cubrir completamente ese vacío. Estamos apuntando a cubrir un cuarto” de la demanda que dejaría un posible congelamiento de SNAP en noviembre. En promedio, alrededor de 141,000 residentes de DC dependen de SNAP, incluidos 47,000 niños y 24,000 adultos mayores.
EBT cards: ¿seguirá funcionando el acceso a fondos?
Aunque los pagos de SNAP podrían detenerse en noviembre, las EBT cards —usadas por los beneficiarios para gastar sus fondos— seguirán activas si hay saldo remanente de meses anteriores. Sin embargo, expertos advierten que muchos gastan sus beneficios apenas se reciben, por lo que esto probablemente no ayudará a la mayoría.
Lauren Bauer, del Brookings Institution, indicó que “aproximadamente el 80% de los beneficios se gasta en las dos primeras semanas y el 97% al final del mes”, lo que subraya la vulnerabilidad de las familias cuando los pagos regulares se interrumpen. Algunos estados, como New Hampshire y Oklahoma, instan a los beneficiarios a planificar con antelación y usar sus fondos restantes antes del 31 de octubre, mientras Virginia y Colorado buscan recursos estatales para apoyar bancos de alimentos.
Iniciativas locales y colaboración con chefs reconocidos
Grupos comunitarios como Food Not Bombs y DC Mutual Aid Network están reforzando la distribución a nivel de vecindario. Además, World Central Kitchen del chef José Andrés, que ya respondió durante el cierre de 2018, se ha asociado con restaurantes locales para ofrecer almuerzos gratuitos a trabajadores federales. Hasta ahora, han servido aproximadamente 8,450 comidas.
Voluntarios como Tracy Bryce, ex U.S. Marshal, ayudan a distribuir productos frescos mientras cientos de trabajadores esperan, algunos con temperaturas bajo 50 °F, para recibir alimentos esenciales.
Riesgos para minoristas y la economía local
Los cortes de SNAP también afectan a supermercados y tiendas minoristas. Según Jennifer Hatcher, de The Food Industry Association, los nuevos requisitos del programa podrían costar a supermercados más de $305 millones y a grandes tiendas como Walmart unos $215.5 millones. Ed Bolen, del Center on Budget and Policy Priorities, advierte que un corte total de SNAP por un mes tendría “efectos muy drásticos” en los minoristas y en la economía local.
El sindicato United Food and Commercial Workers urgió al USDA a usar fondos de contingencia para mantener los beneficios de SNAP, destacando que la interrupción del programa afectaría no solo a las familias, sino también a los trabajadores de procesamiento y venta de alimentos.
La combinación del cierre federal y el riesgo de interrupción de SNAP ha convertido a los bancos de alimentos en una línea de vida para miles de residentes del área de DC. Aunque las EBT cards seguirán funcionando para fondos previos, la incertidumbre sobre los pagos de noviembre y la presión sobre minoristas y organizaciones locales subraya la urgencia de una solución federal para garantizar que ningún hogar pase hambre.