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Políticos de Trump se instalan en casas militares en DC

Varios funcionarios de Trump se mudan a viviendas militares en DC por seguridad y polarización política, presionando la disponibilidad para oficiales activos y transformando estas casas en un inesperado símbolo de estatus.

Foto: O2O Creative/Pexels.

Olvídense de las mansiones privadas: algunos de los principales funcionarios de la administración Trump están cambiando la alfombra roja por el camuflaje militar. Según The Atlantic, la creciente polarización política y la violencia dirigida a políticos han convertido las viviendas militares del área de DC en la opción más segura… y curiosamente codiciada.

Vecinos protestan, y los Trumpies se mudan

El asesor principal Stephen Miller y su familia se vieron obligados a empacar maletas tras protestas de vecinos en Arlington. Su antigua casa, puesta a la venta por $3.75 millones, quedó vacía, pero ellos encontraron refugio en la seguridad de las viviendas militares.

Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional, se instaló en la residencia del comandante de la Guardia Costera en la Base Conjunta Anacostia-Bolling, dejando atrás su apartamento en Navy Yard. Mientras tanto, Pete Hegseth y Marco Rubio se reparten “Generals’ Row” en Fort McNair, y Dan Driscoll comparte casa con un compañero en la Base Conjunta Myer-Henderson Hall de Arlington.

La fiebre del “estatus militar”

Que altos funcionarios vivan en casas del ejército no es nuevo… pero ver tantos al mismo tiempo sí lo es. La movida ha tensado la disponibilidad de viviendas normalmente reservadas a oficiales militares de alto rango. Axios informó que incluso Tulsi Gabbard, la directora de Inteligencia Nacional, evaluó mudarse a Fort McNair, pero el espacio no lo permitió.

Y sí, parece que las casas militares se han convertido en el nuevo “símbolo de estatus”: algunos funcionarios compiten por las residencias más grandes y mejor ubicadas.

¿Qué significa para DC y sus residentes?

La presencia de figuras políticas de alto perfil en vecindarios militares no solo cambia la rutina diaria de la ciudad, sino que también estrecha la oferta de casas para oficiales en activo. Además, evidencia cómo la polarización política y los temores de seguridad están infiltrándose en la vida cotidiana de la capital. En DC, el drama político ya no se queda en los pasillos del Capitolio… ¡también toca puerta en tu vecindario!

Y mientras algunos vecinos se acostumbran a ver camionetas negras y guardias en la entrada, otros no pueden evitar preguntarse si estas casas militares se están convirtiendo en la nueva “zona VIP” de la política. Entre seguridad, protestas y un toque de competencia por el espacio, DC empieza a parecer menos una ciudad y más un tablero donde se juega el poder… casa por casa.

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