Six Flags America, el emblemático parque de diversiones de Bowie, Maryland, cerró oficialmente sus puertas el domingo, poniendo fin a más de cinco décadas de diversión para familias y amantes de la adrenalina en el área de Washington DC. “No son los juegos lo que vamos a extrañar, sino la familia y los recuerdos”, comentó Danae Diggs, residente de Bowie. Para los locales, el parque era un lugar donde reunirse, disfrutar y crear memorias que perduran.
De Wild World a la “Capital de la Adrenalina”
La historia del parque comenzó en 1974 como Wildlife Preserve, un safari automovilístico inaugurado por la división de atracciones de ABC. Tras varios cambios de nombre y propietarios —Wild Country en 1978 y Wild World en 1981—, el parque fue transformándose, eliminando animales y añadiendo montañas rusas y un parque acuático. En 1992 fue adquirido por Premier Parks y finalmente renombrado Six Flags America en 1999, consolidándose como un destino de verano para la región de DC.
Último día, últimas memorias
Durante su jornada final, visitantes de todas las edades se dieron cita para despedirse de las atracciones y del ambiente que los acompañó por años. Kim Varzi, residente de DC, recordó cómo superó su miedo a las alturas gracias a la montaña rusa Superman: Ride of Steel, mientras que William Craig viajó desde West Virginia con sus hijos para una última experiencia en familia. Muchos aprovecharon para llevarse recuerdos y merchandising del parque, algunos con descuentos de hasta el 85%.
Un futuro incierto
Actualmente, el parque ocupa 523 acres y según WUSA9 no se ha anunciado un nuevo propietario. Las autoridades del condado de Prince George’s aseguran que trabajarán junto a quien tome las riendas para que el espacio siga beneficiando a la comunidad. Para los residentes como Kalah Bailey y Danae Diggs, la esperanza es que el lugar siga siendo un punto de encuentro donde se puedan crear recuerdos por generaciones.
Six Flags America no solo ofreció emoción y entretenimiento, sino también un espacio de unión y nostalgia para varias generaciones de la región de D.C. Su cierre marca el fin de una era, pero las memorias y experiencias compartidas permanecerán en quienes crecieron visitando el parque. Como dijo Porky Pig en la salida final: “Eso es todo, amigos”.