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COP30: del financiamiento a la necesidad de justicia climática

Los países con menos recursos aún reclaman compromisos concretos para movilizar los fondos necesarios para afrontar la emergencia climática

Foto: EFE

La COP30, que se celebrará en Belém (Brasil) del 10 al 21 de noviembre de 2025, centrará su agenda en la movilización de actores globales y la aceleración del cumplimiento de los compromisos climáticos. 

Por Irene Sarabia, Huella Zero

A medida que se acerca el evento, las ONG Greenpeace, Ecologistas en Acción, WWF, SEO/BirdLife y Amigos de la Tierra reivindicaron la necesidad de que la lucha contra el cambio climático se financie con fondos públicos. También criticaron la falta de ambición de la Unión Europea, que continúa sin presentar su propuesta para recortar sus emisiones antes de 2035.

Pedro Zorrilla, responsable de la campaña de cambio climático de Greenpeace, señaló que el bloque europeo no ejerce el liderazgo necesario, especialmente frente a la postura de la administración de Donald Trump, que oscila entre recortes a iniciativas contra crisis climática y el negacionismo. 

Las reuniones previas se han dado en un contexto de tensión entre las delegaciones. Aunque los encuentros han concluido con declaraciones optimistas y cooperación multilateral, los países con menos recursos aún reclaman compromisos concretos para movilizar los fondos necesarios.

En este sentido, 35 ministros de finanzas presentaron una propuesta para escalar el financiamiento climático global hasta 1,3 billones de dólares anuales, mediante reformas en calificaciones crediticias, tasas de seguros y criterios de bancos de desarrollo. Esta meta, conocida como la hoja de ruta “de Bakú a Belém”, amplió el debate sobre los mecanismos financieros posteriores a la COP29.

Justicia climática y el fin de los combustibles fósiles

Más de 240 organizaciones ambientales y de derechos humanos han instado a los líderes presentes en la COP30 a incorporar las raíces históricas del cambio climático y a reconocer la deuda con los países más afectados.

La Flotilla Amazónica Yaku Mama, que zarpó el 16 de octubre desde las orillas del río Napo en Coca, Ecuador rumbo a Belém, también exige la eliminación de los combustibles fósiles y justicia climática. La flotilla reúne a más de 60 pueblos, organizaciones indígenas y ambientales de América Latina y África.

“Este viaje es un acto de resistencia y empoderamiento que vincula la crisis climática con sus raíces coloniales y extractivistas, posicionando a los pueblos que menos han contribuido a ella como los más afectados. Es un llamado urgente a la COP30 para que reconozca que la verdadera justicia climática nace en la tierra, fluye con sus ríos y se sostiene en quienes la cuidan”, dijo Lucía Ixchú, indígena Maya K’iche de Guatemala y portavoz de la flotilla, a EFE Verde. 

Los organizaciones también exigen que la transición energética respete el consentimiento libre e informado, que no genere nuevas zonas de sacrificio para los pueblos indígenas, que se garantice la protección de los defensores ambientales y se detenga la expansión de la industria fósil.

Antes de zarpar, las comunidades realizaron un funeral simbólico para despedir la era del petróleo y denunciaron lo que consideran falsas soluciones que perpetúan el extractivismo.

Por su parte, WWF pide retomar el compromiso de eliminación progresiva de los combustibles fósiles, triplicar las energías renovables y duplicar la eficacia energética. También subraya la necesidad de frenar la deforestación y restaurar los ecosistemas.

Mientras tanto, la presidencia brasileña plantea que la COP30 sea una cumbre de “implementación”, que consolide instrumentos que junten mitigación, adaptación, transición justa, género y bosques en lo que denomina el “paquete de Belém”. 

El marco de la COP30

A los retos políticos y diplomáticos se le suman los logísticos. Una huelga de empleados ha retrasado la construcción de las villas donde se hospedarán los líderes que asistirán al evento. La limitada capacidad hotelera y los altos precios hace que algunas delegaciones, amenazan la participación de los países más pobres y afectados por el cambio climático.

De cara a la venidera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2025, la opinión consultiva de la Corte IDH sobre el cambio climático también puede tener un alcance importante y poner sobre la mesa de las negociaciones un marco de trabajo interesante. 

La activista Laura Restrepo Alameda, oficial de incidencia de Climate Action Network Latino América (CANLA), señaló que este dictamen junto con la opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia podrían robustecerse y poner el énfasis en la responsabilidad de los Estados del norte global con los países del sur global, a los que debe brindar apoyo para combatir el cambio climático. 

“Creo que va a ser un punto de inflexión no sólo por la crisis del sistema multilateral, sino que usando estas herramientas y la convención del marco de Naciones Unidas para el cambio climático se deberían abordar las responsabilidades históricas”, señaló en una entrevista concedida a Huella Zero en julio. 

En la recta final hacia Belém, el éxito de la COP30 dependerá de la capacidad de traducir promesas en instrumentos reales. Con pocas certezas sobre metas climáticas compartidas, fondos sólidos y mecanismos de justicia, todo apunta a que los días centrales de la conferencia estarán cargados de negociaciones tensas y decisiones estratégicas.

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