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Más de 100 casas no autorizadas atienden a personas vulnerables en Maryland

En Baltimore, más de 115 casas aparentemente normales funcionan como residencias asistidas no autorizadas, donde adultos mayores viven con mínima supervisión y sin personal médico calificado.

Foto: Pexels.

En pleno Baltimore, más de 115 casas aparentemente normales —desde edificios de ladrillo hasta pequeñas rowhouses— funcionan como el último refugio para miles de adultos mayores y personas vulnerables. Detrás de muchas puertas, los residentes viven en residencias asistidas no autorizadas, con escasa supervisión, pocas inspecciones y casi ningún personal médico calificado. Pese a que las autoridades estatales y locales han sido alertadas durante años, estas casas siguen operando, cobrando desde los beneficios de Seguro Social o discapacidad de quienes dependen de ellas.

Una crisis conocida y desatendida

Una investigación de Spotlight on Maryland publicada en 2025 detectó un patrón alarmante: llamadas repetidas al 911 desde las mismas direcciones para atender a adultos mayores en peligro. En algunas casas, los residentes habitan habitaciones tan pequeñas que violaban los límites de ocupación, sin higiene básica ni comida suficiente.

Maryland Legal Aid, que advierte acerca de esto desde 2023, asegura que estas residencias clandestinas son terreno fértil para el tráfico de beneficios y la explotación de personas vulnerables, especialmente quienes tienen bajos ingresos.

“No es secreto que estas instalaciones se dedican al tráfico de beneficios y la explotación de personas vulnerables,” alertó la organización en 2023.

La disparidad económica es evidente: una residencia legal cuesta alrededor de $4,000 al mes, mientras que las no autorizadas cobran entre $600 y $1,000, generando un mercado ilegal lucrativo que atrapa a quienes tienen menos opciones.

Señales de advertencia ignoradas

Un informe de 2015 del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EEUU ya advertía que Maryland tenía 78 residencias no autorizadas en un solo condado, y otro reporte del mismo año estimaba 370 a 400 camas en este tipo de instalaciones en Anne Arundel County. A pesar de las quejas y estudios, las inspecciones y sanciones han sido mínimas.

Desde octubre de 2023, la Office of Health Care Quality (OHCQ) ha recibido cientos de quejas, pero solo una fue remitida para enjuiciamiento en agosto de 2024, y ninguna en 2025. Mientras tanto, los adultos mayores siguen siendo explotados en casas que operan al margen de la ley.

Historias de sufrimiento extremo

Los documentos de OHCQ revelan casos impactantes:

  • Un hombre de 74 años fue encontrado muerto bajo un arbusto, cubierto de gusanos, fuera de una residencia sospechosa en Lake Walker.
  • En Forest Park, un hombre de 77 años estaba cubierto de heces y con un pañal en la boca, reportaron los paramédicos.
  • Una mujer de 60 años apenas pudo pedir ayuda después de que el administrador le impidiera usar su celular, y llegó al hospital con graves problemas urinarios y movilidad limitada.

El ciclo interminable de negligencia

Muchos adultos mayores —principalmente negros, con discapacidades y bajos recursos— son enviados de hospitales a residencias no autorizadas y luego de regreso a emergencias, especialmente quienes padecen demencia, Alzheimer, cáncer terminal o adicciones.

Christina Talley relató a ABC7 que su hermana con Lewy body dementia pasó meses en Johns Hopkins antes de ser trasladada a un hogar no autorizado, en un ciclo sin fin.

“El gobierno necesita abogar por los adultos mayores. Deben existir leyes y regulaciones que los pongan primero, no al dinero,” dijo Talley.

Casos de resiliencia y explotación

George “Bobby” Gilliam, de 62 años, paga $765 al mes por un apartamento que ofrece cuidados mínimos mientras espera asistencia gubernamental que nunca llega. Vive en un edificio operado por Daquan Thomas, quien afirma atender a 200-400 personas, muchas con problemas de salud mental o adicciones. Thomas enfrenta demandas millonarias y bancarrotas, pero sigue recibiendo residentes.

“Nosotros recibimos personas 24 horas al día, siete días a la semana. Cuidado médico de rescate”, dijo Thomas, citando apoyo de LifeBridge Health para.

Silencio institucional y leyes sin aplicación

A pesar de la ley de 2023 que convirtió operar una residencia no autorizada en delito grave, ninguna condena se ha logrado y el número de casas clandestinas sigue creciendo. Abogados y expertos describen un sistema donde los adultos mayores son literalmente “almacenados” mientras los reguladores y hospitales miran hacia otro lado:

“Nuestra población mayor tiende a ser silenciosa, especialmente cuando está enferma. Se van desvaneciendo y nadie se da cuenta,” dijo Emily Hammann, abogada de malpraxis médica en Baltimore.

En 2025, Maryland enfrenta una crisis silenciosa y creciente: adultos mayores atrapados en residencias no autorizadas, sin supervisión y vulnerables a abuso y explotación. Décadas de advertencias ignoradas, escasa aplicación de la ley y un mercado subterráneo en expansión han dejado a los más vulnerables sin protección ni alternativas seguras. Como destacan expertos y documentos oficiales, el problema es estructural: un sistema que permite que los adultos mayores sean ignorados detrás de puertas cerradas.

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