La región del DMV enfrenta una presión creciente por vivienda asequible: mientras Loudoun County estudia levantar comunidades de tiny homes para ampliar la oferta, en Prince George’s casi 30,000 personas compiten por apenas 5,000 espacios en la lista de espera de asistencia de alquiler. Dos contextos distintos, pero un mismo síntoma: la demanda supera con creces la capacidad del sistema.
Loudoun apuesta por tiny homes para enfrentar la escasez
Loudoun County, uno de los condados con mayor ingreso mediano del país, explora si construir tiny homes permanentes puede convertirse en una pieza clave para ampliar el inventario de vivienda asequible. Un estudio encargado por la Junta de Supervisores concluyó que estas estructuras “podrían ser una herramienta útil… para abordar la falta de vivienda y las necesidades de vivienda”.
Las “tiny homes” consideradas en el estudio son solo las permanentes, ya que las unidades en ruedas cuentan formalmente como “mobile homes” y quedaron excluidas del análisis, según precisó la presidenta de la Junta, Phyllis Randall. También quedaron fuera las áreas rurales del condado, que abarcan 230,000 acres, es decir, 67% de su territorio.
El informe describe estas viviendas como modulares, manufacturadas, hechas con contenedores, impresas en 3D o construidas a medida. Su tamaño varía entre 80 y 800 pies cuadrados, aunque la mayoría se mantiene por debajo de 600. Algunas incluso incluyen lofts o segundas plantas.
Para evaluar la viabilidad de una comunidad de tiny homes, el condado analizó un proyecto asociado al terreno del antiguo Ashburn North Park and Ride, donde se planifican 131 unidades de alquiler asequible y ocho de propiedad. El estudio usó este caso únicamente como modelo conceptual.
Según las proyecciones, un lote de características similares permitiría desarrollar entre 40 y 50 tiny homes para que el proyecto sea financieramente viable. Si el enfoque fuera promover la propiedad, construir 45 viviendas costaría cerca de $6.7 millones, tomando como referencia costos actuales y acuerdos vigentes.
El contraste con el mercado actual es significativo: en 2025, un apartamento de una habitación en Loudoun tiene un precio promedio de $348,650, mientras que uno de dos habitaciones ronda los $464,335.
Prince George’s: 30,000 personas compiten por 5,000 cupos
Mientras un condado debate posibles soluciones estructurales, otro enfrenta un tsunami de necesidad inmediata. En Prince George’s County, casi 30,000 personas aplicaron al programa de vales de vivienda en solo dos días, aunque únicamente 5,000 entrarán a la lista de espera mediante un sorteo.
Janisha Paige, madre de dos niñas, enfrentó lluvia y frío para pedir ayuda en la biblioteca local. “Quiero un lugar estable para mí y mis dos hijas”, dijo al solicitar apoyo para llenar la aplicación. La ansiedad domina a muchos solicitantes que, como ella, esperan ser seleccionados.
Paige ya piensa en alternativas si no es elegida: quedarse temporalmente con familiares “hasta ponerse de pie”. Esa incertidumbre es común entre las miles de familias que no saben qué harán si el sistema no las prioriza
Organizaciones comunitarias intentan llenar los vacíos. Community Ministry of Prince George’s County, activa por más de 52 años, provee asistencia para vivienda y gastos básicos. Su director, Jimmie L. Slade, aconseja a las familias usar recursos externos para alimentos y así liberar ingresos para el alquiler.
Otros grupos como Laurel Advocacy and Referral Services también ofrecen ayuda para alquiler, hipotecas, servicios públicos y alimentos. Su directora, Shannon Mouton, insta a los residentes a no rendirse: “El único modo de avanzar es entrar al proceso”.
El apoyo legal también es clave. CASA brinda representación el mismo día a personas en riesgo de desalojo. Su abogado supervisor, Jake Kmiech, recuerda que suelen estar disponibles en cortes del condado cada mañana para atender casos urgentes.
La brecha entre la necesidad de vivienda asequible y las soluciones disponibles sigue ampliándose en la región. Loudoun explora modelos innovadores como tiny homes, mientras Prince George’s lucha por atender una demanda abrumadora. Ambas historias muestran que la crisis habitacional requiere no solo creatividad, sino inversiones sostenidas y políticas amplias que alcancen a quienes hoy compiten por un lugar donde vivir.