A sus 26 años, el actor colombiano Javier Bolaños está viviendo el momento más importante de su ascendente carrera. Lo que comenzó como una búsqueda de estabilidad para su familia cuando su madre lo llevó de Turbo, Antioquia, a Estados Unidos siendo apenas un niño de dos años, se ha convertido en un camino de más de una década en la actuación, marcado por disciplina, paciencia y una profunda conexión con sus raíces. Hoy, Bolaños está por estrenar dos películas importantes, una con Netflix y otra con Warner Bros., consolidándose como un nombre a seguir en la nueva generación de talentos latinos en Hollywood.
La historia de Javier no es la típica trayectoria lineal hacia la fama. Su infancia estuvo marcada por constantes mudanzas —desde Alaska hasta El Paso, Wyoming, Taylor y Houston— tras el matrimonio de su madre con un ingeniero químico. Aquella vida itinerante le dio la habilidad de adaptarse a distintos entornos y de entender la complejidad de las comunidades donde creció. También fue un niño educado en casa, sin los espacios sociales de un colegio tradicional, algo que, según recuerda, lo llevó a encontrar en la actuación una vía de escape y expresión personal.
“Pienso que siempre me gustó la actuación. Desde niño siempre estaba corriendo por la casa con disfraces, me encantaban las películas”, cuenta a El Tiempo Latino. Aun así, nunca imaginó que sería una carrera posible hasta que su madre, al verlo destacar en el teatro del colegio, tomó una decisión decisiva para su futuro: “Siempre motivada por lo que yo estaba logrando en el teatro de high school me decía que yo iba a ser un actor en Hollywood y cuando tenía unos 14 años, sin que le preguntara, me metió en un programa de castings. Ella me dio el empuje cuando yo tenía esa edad y hoy… se lo agradezco infinitamente”.
Ese impulso materno lo llevó a Los Ángeles. “Si uno se quiere meter en este negocio debe estar en NYC o LA”, explica. Allí comenzó a entrenar formalmente y a asistir a audiciones que, como suele pasar, no siempre llegaban. “En un momento me di cuenta que habían parado de llegar oportunidades… yo me comencé a poner nervioso y le decía a mi manager que me ponga en castings para proyectos grandes”. La respuesta de su representante se convirtió en una lección que Javier aún lleva consigo: “Él me explicó que debía tener paciencia porque lo que estaba haciendo era protegerme: ‘no te quiero lanzar a los tiburones antes de que sepas nadar’. Entendí que él quería que, cuando esa oportunidad grande llegara, yo estuviera listo”.
Y llegó. Más de once años después de esa primera audición, Javier Bolaños es parte de Fight for ’84, una película original de Netflix producida por Jamie Foxx y con estreno en 2026. “Hoy cumplo mi sueño de ser actor y pienso que estoy bien encaminado con dos recientes películas, una con Netflix y otra con Warner Brothers”, dice con satisfacción. Sobre Fight for ’84, explica: “Cuenta la historia del nuevo entrenador del equipo olímpico de boxeo de EE.UU., quien debe reconstruirlo desde cero después de un trágico accidente aéreo en 1980. Su liderazgo impulsa al equipo a lograr un desempeño histórico en los Juegos Olímpicos de 1984”.
Su otro gran proyecto es Casa Grande: The Movie, inspirada en la serie Casa Grande filmada en 2020 para Amazon Prime. “Se trata de las dinámicas entre gente blanca dueña de tierras y los trabajadores latinos que trabajan con ellos. Yo soy uno de los latinos enamorado de la hija del dueño… y por supuesto, eso no puede ser en los ojos de la sociedad”, explica. “Es una historia de dinámicas sociales y de amor puro”.
Esa temática de desigualdad resuena con Javier, quien habla con claridad sobre la evolución del rol de los latinos en Hollywood. “Estaba en una cena con Andrés Baiz y él me contaba que lo próximo que quiere hacer son historias nuestras más bonitas, no quiere romantizar la violencia”, comenta. “Hoy en día más actores latinos están haciendo papeles que son mejores y más ricas representaciones de nuestra cultura. Es importante que sigan existiendo más roles profundos para los latinos”.
Aunque su carrera avanza con fuerza, Javier no olvida el peso de su cultura y el papel fundamental de su madre en mantenerlo cerca de sus raíces. “Mi mamá siempre me dijo que tenía que ser bilingüe, siempre me habló en español. Siempre volvíamos a Colombia para que yo esté en contacto con mi familia y mi cultura”. Esa identidad dual ha marcado su trabajo y su visión del mundo. En sus palabras, haber llegado a Estados Unidos tan pequeño pero crecer con una base colombiana sólida le permitió construir una identidad propia dentro de una industria donde la representación importa más que nunca.
Cuando reflexiona sobre el futuro, Javier piensa en grande, pero también desde un lugar de propósito. “Primero quiero mantenerme apegado al camino que Dios tenga para mí… y con su guía, en los próximos cinco años me encantaría hacer una película sobre las fuerzas especiales del ejército, porque la comunidad militar es muy cercana a mí”, comparte. Su reciente paternidad también influye en sus aspiraciones: “Me gustaría tener un rol en el que pueda interpretar a un papá porque acabo de tener un hijo”.
La disciplina física y mental juega un papel importante en su vida. Además de actuar, Javier es luchador de MMA y practicante de jiu-jitsu brasileño, una filosofía que define su enfoque artístico y personal: paciencia, humildad, estrategia y presencia. Esas mismas enseñanzas las comparte como entrenador de niños, ayudándolos a construir confianza y regulación emocional.
Desde su infancia en Turbo hasta los sets de grandes estudios en Hollywood, Javier Bolaños encarna una historia de perseverancia y raíz latina. Su trayectoria apenas comienza, pero su voz —profesional, reflexiva y agradecida— ya resuena como la de un actor que entiende el poder de las historias, las oportunidades y, sobre todo, el impacto de la representación.
