ir al contenido

Shirley Temple, la niña más querida de América

A cinco años del fallecimiento de Shirley Temple (1928-2014), aún se le recuerda con mucho cariño y toda la admiración que generó a través de su talento e inteligencia.

La imagen de esta pequeña de rizos dorados surgió para dar alegría a todos los que vivían en carne propia los estragos de la Gran Depresión, crisis económica mundial que inició 1929.

Temple era esa pizca de esperanza que el mundo necesitaba. Sus roles se caracterizaron por ser de niñas que sufrían algún terrible percance, como la muerte repentina de sus padres, y que mágicamente superaban todos los obstáculos, cerrando siempre con un “felices por siempre”.

Ella también funcionó como un canal para que el público asimilara las relaciones interpersonales con personas de color. Sus impresionantes actuaciones con el actor y bailarín de claqué Bill Robinson fueron polémicas, pero bien aceptadas.

Está de más decir que con la adolescencia se acabaron los importantes contratos, por esta razón con el tiempo se dedicó a su familia, al trabajo social y la política.

Fuente: El Salvador