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Migrantes en programa ‘Permanece en México’ confundidos por el proceso

Migrantes centroamericanos sostienen una pancarta en una manifestación para exigir libre tránsito hacia la frontera norte hoy, en el centro histórico en la Ciudad de México (México). Muchos de ellos terminarán siendo parte del programa de la era Trump que los obliga a tramitar su asilo desde México. EFE/Madla Hartz.

(c) 2021, The Washington Post - Arelis R. Hernández

El caos, la confusión y la desilusión marcaron la experiencia de muchos de los primeros migrantes solicitantes de asilo que fueron seleccionados para el programa "Permanece en México", relanzado por la administración Biden, quejándose de que entendían poco sobre lo que estaba sucediendo o por qué fueron seleccionados.

El programa de la era Trump, que se reanudó a principios de este mes por orden judicial, conocido formalmente como Protocolos de Protección al Migrante (MPP por sus siglas en inglés), devuelve a México a las personas que cruzan la frontera para que esperen allá los resultados de sus solicitudes de asilo. Aunque la administración Biden dijo que ha realizado cambios en el programa que lo hacen más humano, varios de los primeros migrantes seleccionados que fueron entrevistados por el Washington Post indicaron que no entendían los documentos que se les pidió firmar, que no tenían acceso a abogados y que estaban desconcertados al no saber por qué fueron seleccionados junto a sus compatriotas.

Tres hombres, dos de Nicaragua y uno de Venezuela, que se encontraban entre los más de 160 migrantes seleccionados hasta el momento, dijeron que habían sido robados o extorsionados antes de cruzar la frontera entre México y Estados Unidos. Los hombres, que huían de la persecución política, dijeron que esperaban alivio en Estados Unidos, pero en cambio sintieron que se habían ganado una rifa en la cual no querían participar.

"Le dije al oficial de asilo que prefería estar en un centro de detención en Estados Unidos que ser enviado de regreso a México", dijo Pedro, un solicitante de asilo de 27 años de Nicaragua. "Es peligroso para nosotros".

(El Washington Post identifica a los hombres sólo por su nombre de pila porque temen poner en peligro sus casos al hablar públicamente).

El Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus siglas en inglés) de la administración Biden todavía intenta eliminar el MPP, a pesar de que un juez federal le ordenó volver a implementarlo. La administración perdió una apelación del fallo esta semana después de que la Corte de Apelaciones de EEUU para el Quinto Circuito en Luisiana confirmara la decisión del tribunal inferior. La orden del tribunal de circuito dijo que la administración Biden cometió un error al emitir un memorando a principios de este año eliminando el programa, "afectando miles de millones de dólares e innumerables personas". El programa, que está en efecto en una comunidad fronteriza y que por ahora sólo acepta hombres, pronto se expandirá a seis comunidades más y en el futuro cercano podría incluir familias.

Defensores de derechos migratorios dicen que el MPP somete a los migrantes a una política tan peligrosa para sus vidas como las razones que los llevaron a huir hacia Estados Unidos en busca de protección. Dicen que la versión revisada del programa es tan defectuosa como lo fue la versión original del programa bajo la administración Trump, cuando Human Rights First, una organización sin fines de lucro con sede en Nueva York, tuvo conocimiento de más de 1.500 casos de "ataques violentos" contra migrantes.

"El 'Permanece en México' renovado de la administración Biden ya está presentando los mismos problemas de seguridad y de debido proceso que vimos bajo la administración Trump", afirmó Julia Neusner, quien entrevistó a 16 seleccionados por el MPP para Human Rights First. "Es claro que este proceso negará a las personas lo que les corresponde en cuanto a sus derechos al debido proceso y de acceso a un abogado. Esta política es intrínsecamente peligrosa y causará un tremendo sufrimiento a medida que se expanda su implementación".

Dos de los migrantes seleccionados que fueron entrevistados por el Post eran nicaragüenses que habían participado en protestas políticas contra el partido gobernante, convirtiéndolos en blanco de un presidente que los tachaba de "terroristas", según informes de prensa. El otro migrante entrevistado es un venezolano que abandonó su país hace un año, huyendo del gobierno socialista.

Boris, de 29 años, cruzó corriendo el arroyo fangoso del Río Grande el 3 de diciembre desde Ciudad Juárez hasta El Paso. Los agentes de la Patrulla Fronteriza le dijeron al solicitante de asilo nicaragüense que podía dejar de correr. No se había dado cuenta de que ya estaba en Estados Unidos cuando los agentes le preguntaron por qué seguía huyendo.

"Porque me están persiguiendo", recuerda Boris que respondió mientras relataba cómo hombres en México intentaron sujetarlo y robarlo. "Me sentí tan aliviado de haber tocado suelo estadounidense. Luego me deprimí cuando supe que me iban a regresar".

Seis días después de cruzar el 4 de diciembre, Alex, de 29 años, dijo que estaba bajo la custodia de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, pero que no se le permitió llamar a su familia. Su familia pensó que estaba muerto, dijo. El venezolano se negó a firmar ningún papel porque estaban en inglés. Cuando los funcionarios le preguntaron a él y a los otros 24 hombres que también fueron seleccionados por el MPP si temían regresar a México, todos menos dos dijeron que sí.

Alex dijo que nadie le explicó el proceso. Dijo que no tenía idea de quién estaba haciendo preguntas al otro lado del altavoz cuando lo colocaron en una pequeña habitación. Era un oficial de asilo que llevó a cabo una entrevista de ‘miedo creíble’, un proceso de selección para determinar si las personas realmente enfrentan la posibilidad de persecución si regresan. Pero dijo que comprendió eso posteriormente.

"No sabía con quién estaba hablando, así que tenía miedo de contar toda la historia. Guardé algunos detalles", dijo. “Rogamos por explicaciones, pero la comunicación fue imposible. Sólo se burlaban diciendo que 'México es seguro' y '¿Por qué te fuiste de tu país?'"

Los hombres dijeron que se les permitió ducharse apenas una vez en cinco o seis días. Alex dijo que se le negó el acceso oportuno a su medicamento para la epilepsia. Sus grupos del MPP estaban integrados por sudamericanos y cubanos, pero en su mayoría nicaragüenses, dijeron. Dos de los tres hombres dijeron que les vacunaron contra el coronavirus.

Cuando Alex, Boris y Pedro regresaron a México la semana pasada, tenían sus audiencias judiciales programadas para la primera semana de enero. Las autoridades mexicanas ofrecieron un poco más de información, permisos de trabajo, un número de identificación, similar a un número de Seguro Social en México, y una lista con números telefónicos de abogados. Pero cuando llamaron a las oficinas legales, les dijeron que los abogados estaban abrumados o que nadie respondía las llamadas, afirmaron.

"No tengo nada, mucho menos dinero para un abogado", dijo Pedro.

Los funcionarios del DHS respondieron a una lista de preguntas y dijeron que, por razones de seguridad, no compartirían los detalles sobre las declaraciones iniciales. Pero dijeron que esperan que la inscripción en el programa aumente en las próximas semanas.

Cada inscrito recibe paquetes de información y "guías de autoayuda" en el idioma de preferencia del solicitante de asilo, aseguró la agencia. Los funcionarios dijeron que están trabajando en estrecha colaboración con las agencias estadounidenses para garantizar que las personas tengan tiempo para consultar a los abogados para sus audiencias judiciales.

Con respecto a los temores que algunos migrantes tienen de regresar a México, el DHS dijo que si las circunstancias cambian desde el momento de la inscripción, el inscrito debe informar a la agencia.

"Como resultado, la vulnerabilidad de un individuo se puede considerar en cada punto del proceso", dijeron los funcionarios en un correo electrónico.

La Organización Internacional para las Migraciones de las Naciones Unidas transporta a los inscritos en el MPP a México, a un refugio administrado por la ciudad, pero ya que esa instalación se está llenando, los hombres fueron trasladados a otro refugio del gobierno mexicano. Sus próximas paradas son probablemente refugios privados alrededor de la ciudad.

J. Omar Ríos, coordinador del Fondo de Asistencia para Refugiados Fronterizos, ha estado trabajando para ayudar a mejorar el funcionamiento y la seguridad en una red de refugios de Juárez. Los refugios han sido blanco de ataques criminales en el pasado, dijeron Ríos y varios abogados. Las historias de agresiones sexuales y secuestros que ocurren en los refugios, muchos de los cuales son hogares, iglesias y gimnasios reacondicionados, han hecho que los migrantes sean cautelosos.

"Todo lo que hace el [MPP] es atrapar personas y causar daños humanos", dijo Ríos mientras visitaba los refugios en Juárez preguntando si las personas necesitaban la vacuna contra la varicela para sofocar un brote reciente.

Estas instalaciones aún albergan a los inscritos de la primera fase del MPP. Una hondureña madre de tres hijos describió cómo fue víctima de extorsión cuando se dirigía a su audiencia ante la corte en 2019 y nunca pudo llegar. Su caso de asilo fue cerrado, por lo cual ahora está en un limbo, sin poder reabrir su caso o calificar para otra forma de alivio, dijo en una entrevista en un refugio de Juárez, donde reside desde hace mucho tiempo. Su historia fue confirmada por el operador del refugio.

El expolicía mexicano convertido en sacerdote anglicano Héctor Trejo estaba recién ordenado cuando comenzó el MPP en 2019. Los migrantes llegan a la puerta de sus dos refugios sintiéndose derrotados, vulnerables y en estado de shock. Es su trabajo reconstruirlos, dice Trejo.

"Quiero que todos aquí tengan algo que aportar", dijo Trejo, quien usó donaciones para construir un jardín hidropónico y un gallinero, y criar cerdos. Los residentes pronto cosecharán tilapia en su granja acuapónica.

"Se trata de crear una comunidad sostenible en medio de la incertidumbre", dijo Trejo.

Lo único que Trejo no puede proporcionarles es información sólida. La desinformación y los rumores corren sin control en las aplicaciones de mensajería social que los solicitantes de asilo usan para planificar sus próximos pasos, avivando el miedo y las falsas esperanzas, aseguró el sacerdote. Puesto que los migrantes no pueden continuar sus casos de asilo de manera más segura en Estados Unidos, los directores de los refugios cívicos y religiosos en México debemos asumir la responsabilidad de proteger a las personas en peligro, afirmó.

"El presidente Biden debe articular claramente cómo funcionará todo esto", dijo Trejo. "La información es poder y su ausencia es tortura. Estas personas merecen un proceso digno".

Los funcionarios mexicanos dijeron que notificarán a las autoridades estadounidenses a medida que sus refugios alcancen su capacidad máxima y les pedirán que hagan una pausa en las inscripciones al MPP. Alex, Boris y Pedro ponen sus esperanzas en los comprobantes que indican la fecha de su audiencia ante la corte como la señal de que el alivio está cerca.

"Todavía me pregunto, ¿por qué nosotros?" Boris dijo esta semana. "Supongo que es por mala suerte".

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