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Una vez cantó en el Carnegie Hall. Ahora enfrenta cargos por atacar a un policía con una asta de bandera en los disturbios del Capitolio

Audrey Ann Southard vivía una vida aparentemente normal hasta el dia de la inaguración de Biden, pero ahora se suma a los cientos de personas que enfrentan cargos por su rol en la insurrección.

Liderados por personas como Audrey Ann Southard, una turbamulta forzó su entrada en el Capitolio el seis de enero intentando evitar la proclamación del presidente Biden.

(c) 2021, The Washington Post ·Tim Elfrink

Cuando Audrey Ann Southard subió al escenario en el Carnegie Hall en 2012, interpretó un aria de opera para una multitud dentro de la famosa sala de conciertos de Nueva York.

Cuando invadió el Capitolio de los EE.UU., dijo el FBI, su audiencia fueron los oficiales de policía que defendían el edificio de una horda de simpatizantes de Trump. “Díganle a Pelosi que venimos por esa P---”, le grita ella a los oficiales en un video, según documentos de la corte. “Hay cientos de miles de nosotros, ¿qué es lo que va a pasar?”

Southard luego usó una asta de bandera para empujar a un sargento de espaldas hasta que se golpeó su cabeza contra una estatua, dijo el FBI, todo mientras agitaba a la multitud detrás de ella para que “entraran por aquí” mientras buscaban interrumpir el Congreso que estaba certificando la victoria del presidente Biden.

Southard, una mujer de 52 años que según el Tampa Bay Times trabaja como instructora musical privada, fue acusada esta semana con numerosos cargos relacionados con la letal insurrección, incluyendo asalto a un empleado federal. Su abogado no respondió inmediatamente a un mensaje del Washington Post temprano el viernes.

Así como con los cientos de personas que ahora enfrentan cargos por participar en el ataque al Capitolio, las propias publicaciones de Southard en sus redes sociales documentando su participación en los disturbios fueron claves para los cargos federales, dijo el FBI en los documentos de la corte.

La nativa de California creció amando la opera, reportó el Times, pero sus sueños de desarrollar una carrera musical se pusieron en espera mientras criaba una familia. A la mitad de sus 40, vivía en Tampa, enseñando y ocasionalmente presentándose en producciones de teatro comunitario.

Pero sus sueños de estrellato resucitaron inesperadamente en el 2012, cuando viajó a Sicilia para el concurso vocal Ibla Grand Prize Bellini International, el cual atrae concursantes de todo el globo para presentarse frente a un panel de jueces. Southard trajo a casa el primer premio ese año, reportó el Times, ganándose una oportunidad para presentarse en el Carnegie Hall.

“Ella tiene una voz magnífica que es capaz de hacer muchas cosas”, le dijo al Times en aquel momento Joseph Tomaselli, su entrenador vocal.

En los años desde su presentación en el Carnegie, sin embargo, Southard se hizo conocer más por su estridente activismo político que por su canto. Un oficial de un equipo de trabajo del FBI asignado a la oficina de la agencia en Tampa dijo en documentos de la corte que Southard era conocida en la agencia por sus “actividades de protesta” en Florida.

A inicios de enero, ella viajó a Washington con muchos otros del área de Tampa después de haber recaudado dinero en-línea para su viaje, reportó el Times. Southard publicó sus planes en redes sociales, dijo el FBI, escribiendo “Voy para DC mañana... Patriotas vs. Traidores”. Su grupo se quedó en Williamsburg antes de dirigirse al Capitolio temprano el 6 de enero, dijo el FBI.

En un video en el que aparentemente aparece Southard antes de los disturbios, ella posó con el Capitolio como escenario de fondo. “Parados frente al edificio del Capitolio, listos para tomarlo tan pronto tengamos suficientes personas reunidas”, dijo ella. “Va a ser divertido”.

Una vez adentro, dijo el FBI, Southard se unió a una turba que se abría camino a empujones por todo el pasillo que conecta el Salón de las Estatuas del Capitolio con la Cámara de Representantes. Allí, se consiguieron con un pequeño grupo de policías que fueron enviados para “contener o retrasar a los alborotadores”, dijo el FBI.

A medida que la turbamulta crecía por centenas, Southard tomó un papel de liderazgo al frente de la turba. Un sargento de policía la identificó como una de los dos “agitadores” principales en el grupo. En un video grabado por John Earle Sullivan – quien publicaba en-línea como Jayden X y que ha sido desde entonces acusado de participar en el ataque – aparentemente aparece Southard gritando obscenidades, haciendo gestos de rabia contra la policía, y agitando a los invasores para que empujaran a los oficiales y pasaran.

“¿Estás listo, estás listo?” aparentemente le preguntaba ella a un oficial que bloqueaba el camino, luego añadiendo, “último amigo, última bala. ¿Qué es lo que va a pasar?”

En algún momento, de acuerdo con el video y el FBI, ella levanta la asta de una bandera y lo presiona contra el pecho de un sargento en el pasillo. Cuando un hombre en la multitud llamaba a la paz, ella aparentemente respondió, “¡Mier--! ¡Ellos nos van a sentir!”

Mientras la multitud avanzaba, Southard aparentemente usó el asta para empujar al sargento de espaldas a través de una serie de puertas que llevan a la Cámara de Representantes hasta que se golpeó la cabeza contra la base de una estatua de mármol del Marqués de Lafayette. El sargento “sintió que estaba siendo pisoteado durante todo el ajetreo”, dijo el FBI.

En el extenso video de Sullivan, Southard se pierde de vista mientras los alborotadores llegan a un cuello de botella en uno de los pasillos, y luego intentan meterse por las ventanas en otro. Momentos después, Sullivan filma como un oficial dispara y mata a Ashli Babbitt, una veterana de la Fuerza Aérea de 35 años.

Además de la evidencia del video, el celular de Southard la ubica dentro del Capitolio durante la insurrección, dijo el FBI.

Suthard compareció ante la Corte Distrital de EE.UU. para el Distrito Central de Florida este miércoles, de acuerdo a los registros de la corte, y fue dejada en libertad bajo una fianza de $50.000.

Tim Elfrink se unió al Washington Post en 2018. Es el editor de Morning Mix.

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