El expresidente Donald Trump dijo que viajará a la frontera entre Estados Unidos y México a finales de este mes por invitación del gobernador de Texas, Greg Abbott, un crítico de las políticas migratorias de la administración Biden que, según él, han desencadenado una crisis en su estado.
Abbott, quien se espera que revele un plan de seguridad fronteriza que podría incluir un esfuerzo de crowdfunding liderado por el estado para construir un muro fronterizo, declaró un desastre para 34 condados fronterizos de Texas a principios de este mes, diciendo que el estado “llenaría los vacíos” donde el gobierno federal ha fallado.
El mismo día, Trump respaldó a Abbott, quien se enfrenta a la competencia primaria del ala de extrema derecha del partido en su intento por la reelección el próximo año.
Abbott viene de una de las sesiones legislativas más conservadoras en la memoria reciente, después de haber logrado una lista de prioridades partidista, incluido un proyecto de ley de derechos de voto restrictivo que no se aprobó cuando los demócratas se retiraron en las horas menguantes de la sesión, que sirvió para reforzar sus credenciales conservadoras.
Trump, mientras tanto, está aprovechando las luchas de la administración Biden en la frontera e intensificando sus actividades políticas antes de las elecciones de mitad de período. El expresidente apareció en un evento de Carolina del Norte a principios de este mes para respaldar a un candidato en una competitiva carrera por el Senado y continuó difundiendo falsedades sobre el resultado de las elecciones de 2020. Trump también está planeando mítines en Ohio la próxima semana y en Tampa el 3 de julio.
“El gobierno de Biden heredó de mí la frontera más fuerte, segura y segura en la historia de Estados Unidos y en apenas semanas la convirtieron en la peor crisis fronteriza en la historia de Estados Unidos”, dijo Trump en un comunicado. “Es una zona de desastre sin paliativos”.
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Acciones
Al igual que Trump, Abbott ha hecho que la seguridad fronteriza sea central en su mandato y su intento de reelección. Lanzó una operación en marzo, cuando los cruces fronterizos comenzaron a escalar, para enviar soldados estatales y tropas de la Guardia Nacional para ayudar a los agentes y oficiales federales asediados. Culpó a Biden por dar la bienvenida a migrantes de todo el mundo y enriquecer a las organizaciones criminales de tráfico que ahora están causando problemas en las comunidades fronterizas de Texas.
El gobierno federal amenazó con demandar a la administración Abbott después de que el gobernador prometiera rescindir las licencias de las instalaciones estatales contratadas por la administración Biden para albergar y servir a niños migrantes.
Y la semana pasada, Abbott organizó una cumbre fronteriza, invitando a residentes, funcionarios electos y funcionarios locales encargados de hacer cumplir la ley, el gobernador dijo que facultaría para arrestar a los migrantes que ingresan al país ilegalmente, encarcelarlos y acusarlos de delitos estatales.
Abbott dijo que quería crear un ambiente donde la gente eligiera no cruzar a Texas, “porque no es lo que esperaban. No es la alfombra roja que les desplegó la administración federal. Van a ir a la cárcel en el estado de Texas”.
Abbott y los republicanos de todo el país han exigido repetidamente que Biden y Harris visiten la frontera sur. El número de aprehensiones fronterizas aumentó a 180 mil en mayo, según muestran los datos.
The Washington Post. Traducción libre por El Tiempo Latino.
