La administración de Biden propone reglas más duras para controlar y reducir las emisiones de metano que se filtran de empresas de gas natural y petróleo. La decisión ocurre en medio de las reuniones sobre el tema climático que se están dando en Glasgow, donde se empuja por un acuerdo global para reducir las emisiones de metano.
El metano es un gas de efecto invernadero que es más potente que el dióxido de carbono (CO2), usualmente viene de empresas de gas natural ya que es su principal ingrediente, sin embargo, la principal fuente de metano a nivel mundial son las prácticas de agricultura. Al ser un gas que se queda menos tiempo en la atmósfera que el CO2, reducir sus emisiones podría tener un efecto significativo y rápido en el calentamiento global, según la Agencia de Protección Ambiental, una organización independiente de EE.UU encargada de asuntos ambientales.
Mantente informado de los temas más relevantes de política, economía y salud y cómo afectan a la comunidad latina. Suscríbete aquí a nuestras newsletters.¿Por qué es importante? Según el Fondo de Defensa Ambiental, una organización sin fines de lucro dedicada a buscar soluciones a retos ambientales, el metano tiene un poder de calentamiento 80 veces mayor que el CO2 durante los primeros 20 años en los que pida la atmósfera, y aunque dura menos tiempo en ella, es un gas cuyas emisiones tienen efectos más inmediatos en el calentamiento global. Según estudios de esta misma organización, recortar las emisiones de metano podría ralentizar la tasa de calentamiento global a corto plazo en un 30%.
Contexto. La Cumbre Climática de las Naciones Unidas (COP26) en Glasgow, Escocia, se extenderá dos semanas. Los líderes mundiales deben llegar a acuerdos colectivos para poder detener el calentamiento global para que no pase de 1.5°C y reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero para 2030. Los esfuerzos para atacar las emisiones de metano son una propuesta, liderada por Estados Unidos y Canadá, que surgió para esta cumbre dado que era un gas que muchas veces era ignorado para darle prioridad al CO2 aunque sus consecuencias son iguales o peores, sin embargo Biden espera que EE.UU. haga su parte.
- Para abril de este año el congreso restauró la regulación de metano aplicada durante la administración de Obama, pero solo aplica para compañías nuevas o modificadas, por lo que con estas nuevas normas que propone Biden, se busca regular a las empresas ya existentes.
- Las compañías petroleras están divididas con respecto a estas nuevas reglas. Las grandes empresas usualmente se inclinan por mayor regulación, pues les preocupa que si las emisiones de metano no son reguladas, el argumento de que el gas natural es una fuente de energía eléctrica más limpia que el carbón, se podría caer. Por otro lado, las empresas más pequeñas, ven con recelo estás normativas más estrictas porque implicaría grandes inversiones en cambios de infraestructura que afectaría sus números o podría dejarlas fuera del negocio.
- Los detalles todavía no están claros, pero se espera implementar una tarifa a las empresas de gas natural y petróleo por cada cierta cantidad de metano que producen, y posiblemente pagarles por monitorear y reducir sus emisiones.
Los datos. El rastreador de metano de la Agencia Internacional de Energía (IEA) estima que en 2020 se produjeron poco más de 70 millones de toneladas a nivel mundial. Cuando se compara con las emisiones de CO2 – considerando que una tonelada de metano son 30 toneladas de CO2 – estas emisiones de metano corresponden a toda la energía relacionada con CO2 de Europa en ese período de tiempo.
- Hay que resaltar que está estimación está 10% por debajo de las estimaciones de 2019, señalan que es gracias a las políticas de cambio de infraestructura de Estados Unidos, y por la baja producción de gas y petróleo en países como Venezuela y Libia.
- Las expectativas de la reducción de las emisiones de metano para 2030 es recortarlas en un 70% con respecto a 2020, esto sería equivalente a eliminar todas las emisiones de CO2 que vienen de carros y camiones en toda Asia.
Con información de NPR y The Washington Post