Se acerca la temporada de celebraciones y la primera parada es Acción de Gracias, lo que supone reuniones familiares y comida... mucha comida. Sobre todo para los latinos, si bien esta no es una tradición de sus países de origen, el sentimiento de celebración es compartido por lo que la festividad es igual celebrada solo que con más musica, baile y aún más comida con un menú ligeramente distinto. Usualmente estás reuniones familiares traen conversaciones sobre la talla de nuestra cintura, peso y “en qué no excederse”
Mientras para algunos esto es una conversación cualquiera, para aquellas personas que tienen relaciones complicadas con su cuerpo y la comida estos tópicos pueden ser un reto.
Mantente informado de los temas más relevantes de política, economía y salud y cómo afectan a la comunidad latinaa nuestras newsletters.¿Por qué es importante? La “antigordura” o “gordofobia” es un tipo de discriminación determinada por la forma y tamaño de tu cuerpo. En su columna para Nylon, Gianluca Russo —escritor dedicado a la inclusión de personas gordas— relata cómo este tipo de discriminación se ha reforzado en espacios de trabajo dentro de Estados Unidos, relatando hechos como dietas forzadas a trabajadoras de ciertas empresas.
- La gordofobia pone especial presión en las personas cuyo peso está por encima del Índice de Masa Corporal establecido para ciertas edades y estaturas, lo que puede resultar en desórdenes alimenticios. Según un estudio de la Universidad de Harvard 9% de la población estadounidense ha presentado algún tipo de desorden alimenticio.
- Este mismo estudio señala que se han registrado aproximadamente 10,200 muertes con relación directa a desórdenes alimenticios, es decir, una muerte cada 52 minutos.
Contexto. En artículo de The Washington Post recopilan recomendaciones de expertos médicos y psicólogos para hacer frente a las conversaciones sobre el peso, cuerpo y comidas en los eventos familiares de estas celebraciones de fin de año, con el objetivo de ayudar a quienes tiene relaciones complicadas con la comida y su cuerpo a sobrellevar estos momentos incómodos y, muchas veces, hirientes.
- Manejar las expectativas. Lauren Muhlheim —psicóloga especializada en desórdenes alimenticios— señala que no todos están dispuestos a entender, por lo que la prioridad es protegerse a uno mismo. Eso incluye salir del lugar donde se está dando la conversación, confrontar el tema o algo intermedio, con lo que la personas pueda lidiar.
- Encontrar apoyo. Jessi Kneeland —una coach dedicada a la imagen corporal en redes sociales— sugiere ir a estas reuniones familiares con un sistema de apoyo. Puede ser una comunidad online, un amigo al que puedas escribir o un familiar al que puedas hacerle una seña cuando el tema de la dieta surja en la conversación, para poder compartir la frustración. Muhlheim agrega que es importante prepararse, darse tiempo a uno mismo como meditar y dormir bien, para lidiar un poco con la ansiedad previa.
- Ignorar. Poner límites alrededor de las conversaciones sobre dieta y comida no es sinónimo de confrontación. “Nadie está obligado a escuchar estos comentarios”, dice Muhlheim, por lo que recomienda pensar en estrategias sutiles como salir a buscar agua o cambiar la conversación.
- Replantea tu pensamiento. Kneeland recuerda que a veces es imposible escapar de estas conversaciones y hay familiares que se niegan a entender los límites, por lo que sugiere enfocarse en otra cosa, como los buenos momentos del tiempo en familia. Advierte que si uno termina descargando la frustración comiendo, no se vea como una falla, si no algo de “un momento”.
- Prepara una respuesta. Si eres una persona que está dispuesta a tener esta discusión y sabe que hay alguien en la reunión dispuesta a escuchar, ten de antemano algunos argumentos preparados. Muhlheim sugiere algunos: “Decidí enfocarme en agradecer estos días de celebración y no privarme de buenas comidas” o “Quiero evitar hablar de mi cuerpo y dietas”. Otra sugerencia es tel libro Anti-Diet de Christy Harrison que sugiere manifestar que no quieres referirte a la comida en términos como “buena” o “mala”.
- Define límites claros. Puede ser un reto enfrentar a amigos y familiares sobre este tema, más cuando se ha condicionado a la gente que tener estas conversaciones no es seguro o que tu cuerpo “no está bien” —explica Kneeland—, pero es importante hablar y dejar límites claros con estas personas sobre lo que te incomoda y cosas que no quieres abordar.