Una de las sorpresas de las elecciones presidenciales del domingo 21 en Chile han sido los votos obtenidos por Franco Parisi. Un hombre con deudas con la justicia que no pisó el país ni para inscribirse.
El contexto: Parisi es un economista de 54 años con un discurso, calificado por algunos como antipolítico, que logró el 12,8% de los sufragios, instalándose en tercer lugar tras José Antonio Kast y Gabriel Boric.
- Parisi es un viejo conocido de la política. Compitió para llegar a la presidencia por primera vez en 2013, cuando obtuvo un 10% de los votos.
- Radicado en Estados Unidos, los medios sospechan que no pisó Chile ni siquiera para inscribir su candidatura.
- Los posibles motivos son una millonaria deuda de pensión alimenticia con su exmujer y una declaración pendiente por una investigación penal en su contra por un negocio inmobiliario.
- Poco antes de las elecciones, informó de que a causa de la covid-19 no podría viajar a Chile para votar.
Lo último: Los equipos de campaña de los candidatos que van a la segunda vuelta estudian ahora con atención los apoyos con los que cuenta Parisi.
El dato: Sus votantes son casi 900 mil personas y no se identifican ni con la derecha ni con la izquierda, son en su mayoría hombres, tienen entre 18 y 30 años y pertenecen a los segmentos medios y medios bajos de la población, de acuerdo con un estudio reciente de la encuestadora Pulso Ciudadano.
¿Por qué es importante?: Pero sus votantes se lo perdonan y entienden sus excusas. Efectivamente, no ha pisado su país durante la campaña.
- Este candidato creó su propia formación política, el Partido de la Gente, que obtuvo seis escaños en la Cámara de Diputados en las elecciones generales del domingo.
- Será una fuerza pequeña, pero determinante, en un congreso fuertemente atomizado y rodeado de incógnitas.
- Con grandes habilidades como comunicador, se conecta con sus seguidores a través de las redes sociales y plataformas digitales. Esto explica, según sus partidarios, que no le haya perjudicado no haber pisado Chile.
¿Qué dicen?: “Es un personaje controvertido, figurón y ambicioso, directo, simplista y con escaso interés por la cultura. Un hombre de nuestro tiempo. Empático y desmedido, su aventura en política es galopar la antipolítica, parecerse al hombre común, pero en versión ganadora. Es el sueño para la vida rutinaria de un sector de las nuevas clases medias”, describe el sociólogo Ernesto Ottone, catedrático del Colegio de París.
Fuente principal de la noticia: El País.