Tommy Stubbington y Joshua Oliver en Londres y Christine Murray en Ciudad de México
Los inversionistas de renta fija han acogido escépticamente los planes de El Salvador para endeudarse por un millardo de dólares con miras a construir una “ciudad Bitcoin” utilizando energía volcánica, alegando que el esquema podría llevar al país a separarse aun más del acceso a los mercados tradicionales de renta fija.
El presidente Nayib Bukele, quien en septiembre instituyó el Bitcoin como moneda de curso legal en el país centroamericano, dijo este domingo que la mitad de los fondos obtenidos se utilizarían para comprar la criptomoneda y el resto se invertiría en infraestructura y minería para Bitcoin.
Los gerentes de fondos de mercados emergentes expresaron poco interés en comprar el nuevo bono, el cual El Salvador piensa emitir el año que viene con un cupón anual de 6,5%. Ese nivel está muy por debajo del rendimiento actual de los eurobonos del país, los cuales han visto un incremento súbito debido a que los inversionistas han rechazado la dirección poco ortodoxa de la política económica de Bukele.
“¿Por qué prestar dinero a esos niveles cuando es un crédito en dificultades”? preguntó Kevin Daly, un gerente de fondos en Aberdeen Standard Investments. “No tienen acceso a los mercados [tradicionales] de renta fija y por tanto no pueden obtener financiamiento por esa vía. No tengo idea quién va a comprar estos bonos, pero ciertamente no seremos nosotros”.
La baja en la deuda salvadoreña continuó este lunes, aumentando el rendimiento del bono con vencimiento en 2031 por encima de 13 por ciento. El país tiene diez eurobonos denominados en dólares por un total de $7,65 millardos, lo cual es aproximadamente 30 por ciento del producto interno bruto y cerca de un tercio de su endeudamiento público total.
Su próximo vencimiento es un bono de $800 millones pagadero en enero 2023. Ese instrumento actualmente se cotiza a un precio menor a 84 centavos por dólar – un rendimiento de 25 por ciento – lo cual demuestra una ansiedad considerable sobre la habilidad de El Salvador para hacer frente a la obligación.
Los nuevos “bonos Bitcoin”, repartidos en tramos de $100 millones, están siendo estructurados por la bolsa de monedas digitales Bitfinex, y podrían encontrar una audiencia más receptiva entre los pequeños inversionistas y los entusiastas de criptomonedas.
“Estimamos que esta oferta de bonos atraerá a un amplio grupo de inversionistas que incluye a quienes invierten en monedas digitales, inversionistas en busca de rendimiento, actuales “tenedores”, e individuos”, dijo Samson Mow, director de estrategia de la empresa de tecnología de blockchain Blockstream, la cual ha estado asesorando al gobierno de Bukele en este tema. “Pensamos que este bono tiene el potencial de acelerar la aceptación del mercado hacia las monedas digitales y acercar el advenimiento de un nuevo sistema financiero basado en el Bitcoin”.
Quienes inviertan en el bono recibirían “dividendos especiales” generados por “ventas escalonadas” de las reservas de Bitcoin de El Salvador, comentó Mow.
Una de las personas del equipo indicó que los motivos de muchos inversionistas potenciales no son puramente financieros. “Ha un deseo de ser parte de algo muy novedoso”, recalcó.
“El sentimiento es positivo porque ya hay un monto importante de capital en el espacio de activos digitales. De hecho, proyectos bastante menos atractivos han generado mucho interés”, añadió la persona.
Pero a los actuales tenedores de eurobonos salvadoreños les preocupa que el esquema probablemente no sea positivo para la calidad crediticia general del país, particularmente si el éxito de este persuade al gobierno de Bukele de que pude arreglar sus finanzas sin apoyo del FMI. Según los analistas, las negociaciones con el fondo han sido lentas y no se ve un acuerdo en el horizonte.
“No me sorprendería si obtuvieran el financiamiento”, declaró Carlos de Sousa, gerente de fondos en Vontobel Asset Management. “Pero es posible que los bonos Bitcoin reduzcan la probabilidad de un acuerdo con el FMI ya que les dará la impresión de haber encontrado una fuente alternativa de financiamiento”.
Era poco probable que El Salvador pudiera acceder a los mercados internacionales de renta fija sin al menos la posibilidad real de un apoyo por parte del FMI, dice de Sousa, añadiendo que sin acceso al mercado se les hará difícil cumplir con el vencimiento del bono 2023.
Sus relaciones con los EEUU también tocaron un nuevo fondo el lunes cuando el encargado de negocios interino de Washington en San Salvador, Jean Manes, dijo que dejaría el país.
“Tomaremos una pausa porque el gobierno de El Salvador no ha demostrado interés en mejorar la relación”, declaró en una entrevista en medios locales.
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