Gary Silverman en Nueva York y Kiran Stacey en Washington
El presidente de la comisión nacional de valores de EEUU (SEC por sus siglas en inglés) ha advertido que las plataformas de intercambio de criptomonedas están arriesgando su supervivencia al no responder a sus llamadas a integrarse en el marco regulatorio nacional.
Gary Gensler indicó al Financial Times que si bien se mantiene “neutral tecnológicamente”, los cripto-activos no se diferencian de otros activos cuando se trata de imperativos de política pública como protección al inversionista, resguardarse contra actividades ilegales y mantener la estabilidad financiera.
“A un nivel de $2tn (millones de millones) de valor mundialmente, ha alcanzado un parámetro y una naturaleza que, para que tenga relevancia dentro de cinco o diez años, tendrá que funcionar dentro de un marco de políticas públicas”, comentó. “La historia simplemente te lo dice; no funcionará por mucho tiempo independiente del sistema. Ultimadamente las finanzas dependen de la confianza”.
Gensler expresó su desilusión respecto a la respuesta de la industria a su sugerencia de que las plataformas de comercio se registren con la SEC ya que una cantidad suficiente de criptomonedas califican como títulos valores.
“Hablen con nosotros, vengan a vernos”, indicó. “Hay muchas plataformas operando hoy en día que se beneficiarían del diálogo, pero en vez hay un poco de… pedir perdón en vez de pedir permiso”.
Las plataformas de intercambio de criptomonedas son un gran negocio en EEUU – Coinbase, listada en Nueva York, reportó ingresos de mil seiscientos millones de dólares en el segundo trimestre. Sin embargo, no está claro cual regulador estadounidense está supuesto a supervisarlas. Gensler ha solicitado al Congreso que haga más explícita la autoridad pertinente.
Los comentarios de Gensler sobre las cripto tienen peso adicional porque fue profesor de la materia en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés). Hoy miércoles tiene pautado dar testimonio sobre cripto activos y otros temas ante el comité de asuntos monetarios y económicos del parlamento europeo.
Gensler dijo que si ha estado enfocando en el tema de plataformas de intercambio de criptomonedas porque noventa y cinco por ciento o más de la actividad en estos “activos altamente especulativos” tiene lugar vía esos mercados – los cuales tienen lo que describió como protecciones “muy escasas” para los inversionistas.
Comentó que las plataformas de criptomonedas y de finanzas descentralizadas (DeFi por sus siglas en inglés) presentan un reto para los reguladores porque existen sin intermediarios tradicionales, a quien se le puede aplicar fácilmente la ley. En cambio, ofrecen oportunidades para que los inversionistas se relacionen más directamente unos con otros.
Pero si acotó que los reguladores podrían ejercer su autoridad hasta supuestamente sobre las plataformas descentralizadas. Argumentó que DeFi ni siquiera era “en realidad un nuevo concepto” sino una variación del negocio de préstamos directos entre partes que existió en momentos anteriores de este siglo.
Al igual que había “una empresa en el medio” de los préstamos entre partes, comentó, las plataformas DeFi tienen “un nivel material de centralización”, incluyendo mecanismos de cumplimiento, modelos de honorarios y sistemas de incentivos.
“Es erróneo decir que son simplemente programas diseminados por la red”, dijo. “Pero no son tan centralizadas como lo es la Bolsa de Nueva York. Es algo interesante, un cuasi híbrido”.
Gensler asimismo reiteró su preocupación sobre los registros de empresas chinas en EEUU. Indicó que los vehículos listados normalmente eran empresas de papel domiciliadas en paraísos fiscales como las Islas Caimán que contratan servicios con operadoras chinas.
“¿Hay flujos reales de fondos que fluyen desde la empresa operadora en China para pagar o no? Preguntó. “Hay un acuerdo de servicios, y normalmente esas entidades de pago no distribuyen dividendos”.
La SEC también está finalizando reglas que suspenderían la cotización de esas empresas si sus auditores no permiten que reguladores estadounidenses evalúen sus libros. Bajo la ley de responsabilidad de empresas de participación que se aprobó durante el mandato de Trump, esas empresas tienen hasta el 2024 para cumplir con dichas reglas.
El Congreso está considerando acelerar dicho cronograma por un año. Gensler dijo que la comisión estaría en capacidad de implementar las reglas bajo el cronograma acelerado, lo cual quiere decir que las empresas chinas tendrán que hacer frente a una mayor supervisión tan pronto como el 2023.
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