Maryland podría convertirse en el primer estado que aprueba una versión propia del “Dream Act” por plebiscito, en caso de que la propuesta de ley aprobada por la Legislatura estatal obtenga un resultado positivo el próximo 6 de noviembre en las urnas.
De aprobarse, los jóvenes indocumentados residentes en Maryland -los llamados “dreamers” (soñadores)- obtendrían equidad en las matrículas universitarias con sus compañeros estadounidenses y pagarían los mismos precios que ellos al acceder a la universidad.
Con la situación actual, un joven indocumentado que resida en Maryland debe pagar alrededor de $25.554 por curso para una carrera de cuatro años -el mismo precio que un estudiante de fuera del estado-, mientras que uno de Maryland paga 7.175 dólares anuales.
Para acabar con esta situación, el pasado 10 de mayo el gobernador de Maryland, el demócrata Martin O’Malley, promulgó su propia versión del “Dream Act”, aunque ésta rápidamente topó con la oposición de algunos republicanos, que se apresuraron a recoger firmas para que se revocase.
Al lograr reunir las firmas necesarias, los conservadores consiguieron que la ley quedase suspendida y que su aprobación se vote en plebiscito el próximo 6 de noviembre, coincidiendo con las elecciones presidenciales en el conjunto de EE.UU.
Aunque otros doce estados, entre ellos California, Nueva York, Colorado, Utah, Texas, Illinois y Nuevo México, también han presentado o ya cuentan con leyes a favor de un costo de matrícula equiparada, Maryland será el primero que someta esta cuestión a votación popular.
El Gobernador O’Malley ha salido en múltiples ocasiones en defensa de una propuesta que considera fundamental para que Maryland siga siendo un estado “resistente a las llamadas xenófobas, de división y de miedo presentes en algunos estados vecinos en otras partes del país”.
Por su parte, los republicanos critican el coste que la medida tendría para las arcas del estado, puesto que, según cálculos de los analistas del estado, “centenares de estudiantes indocumentados” solicitarían el ingreso en la universidad para este mismo curso.
La carrera completa de cada uno de ellos tendría un coste de 40.000 dólares para las arcas publicas.
Con el “Dream Act” planteado por Maryland, bastaría con que los jóvenes indocumentados pudiesen probar que han estudiado en una escuela del estado durante los últimos tres años y que sus padres pagan impuestos para poder acceder a la universidad por el mismo precio que sus compañeros. EFE