LOS ANGELES (AP) — Javier Bardem es un fanático de James Bond que a lo largo de su vida ha visto todos los filmes de la franquicia. Dice que su chica Bond favorita quizás sea Ursula Andrews y su villano preferido “Tiburón”. Pero cuando aceptó interpretar al malo en “Skyfall”, la nueva película del agente 007, el laureado Oscar español optó por no volver a ver ninguna de las cintas de la popular serie.

¿Ninguna? ¿Ni siquiera un pedacito de “Moonraker” o “La espía que me amó” para ver a “Tiburón”?

“No, ninguna, ninguna”, respondió el actor durante una entrevista reciente con The Associated Press. “Cuando tomé la decisión de hacerlo, realmente no quise revisitar ninguna (película) porque me conozco y sé que iba a interferir con el proceso, un proceso que yo quería ir con (el director) Sam (Mendes) desde cero”.

El resultado, a decir de la crítica, es un villano de compleja personalidad, muy real y un poco extravagante. Raoul Silva, con su cabello rubio platinado y sus gestos algo afeminados, intentará destruir a la agencia de Bond, MI6, para saciar su sed de venganza.

La riqueza y complejidad que desborda este villano es similar a la de otros personajes interpretados por Bardem, como Uxbal en “Biutiful” o Anton Chigurh en “No Country for Old Men”, por la que ganó el Premio de la Academia a mejor actor de reparto. Al igual que hizo con “Skyfall”, el astro español se abstuvo de ver cintas que pudieran haber comprometido la originalidad de sus actuaciones en estos casos.

Antes de dar vida a Anton Chigurh, por ejemplo, Bardem dice que estuvo tentado a ver de nuevo “Fargo” porque “allí aparecen dos personajes extraordinarios que tienen la tonalidad, el ritmo de los (hermanos Joel y Ethan) Coen”, realizadores de “No Country for Old Men”, pero que no lo hizo.

“Había visto esa película muchas veces pero no quise verla desde el punto de vista de alguien que va a hacer algo parecido. Es me que me conozco, me va a interferir”, recalcó. “Aparte, esa era una de las razones por la que hice (‘Skyfall’) al conocer a Sam: el inventarnos algo. Que aunque (el personaje) está escrito, hay que ponerlo en pie”.

Bardem, quien este jueves devela su estrella en el Paseo de l Fama de Hollywood, explicó que fue trabajando en los gestos y voz de su personaje en base al guion y espacio creativo que le dio Mendes.

“La primera vez que leí el guion sí sentí que había una propuesta muy interesante a muchos niveles de un personaje rico en matiz”, recordó el actor, quien también ha ganado cinco premios Goya. “En lo personal, (Raoul Silva) me pareció muy interesante: en vez de ser un megalómano que quiere destruir el mundo porque sí, era un señor al que le pasan cosas concretas, que tiene un objetivo muy específico y muy personal. Eso me gustó”.

Lo que siempre se trató de mantener fue el aura clásica de los filmes de Bond, que este año celebra su 50 aniversario con la 23 aventura del agente 007, por tercera ocasión interpretado por Daniel Craig.

El filme basado en las novelas de Ian Fleming trata de balancear lo clásico con lo moderno, contrarrestando un Aston Martin DB5 con una Walther PPK 9mm que sólo puede ser activada por las huellas de la palma de la mano de Bond.

“Quisimos traer una esencia, un sabor de los clásicos de James Bond y combinarlo con algo más moderno, más actual, más de hoy”, dijo Bardem, de 43 años. “También el tema de la película es la renovación, de cuando uno tiene que mirarse y examinarse y evaluarse y producir un cambio y eso se ha hecho, creo que está muy bien”.

Esa misma fórmula se aplicó con los personajes de Judi Dench, quien regresa por séptima vez en el papel de M, jefa de Bond; Ben Whishaw como un Q muy jovencito y Bardem como Silva.

“Definitivamente lo que no queríamos perder de vista era el sentido de lo clásico, esas cosas que la gente espera ver en los villanos de Bond y como bien dijo Sam, ‘Los villanos de Bond están en ese terreno entre lo real y la ficción’. Y eso es muy rico para poder interpretar (un personaje) porque te permite volar un poco alto al mismo tiempo que estás anclado en tierra. Esa combinación me pareció muy interesante”.

Dar vida a personajes siniestros o complejos conlleva esfuerzos psicológicos que Bardem ha aprendido a manejar, aunque a veces le cueste mucho salir de ellos, como le pasó con Uxbal, el personaje del filme de Alejandro González Iñárritu “Biutiful”, que ha dicho le llevó meses sobrellevar.

“Cuando uno pasa mucho tiempo relacionado con la ficción, la ficción de pronto toma un lugar muy importante hasta el punto de distorsionar la realidad. Es lógico”, dijo Bardem.

Lo importante como actor es poder salir a salvo y lo más pronto posible del personaje, explicó.

“El trabajo de la ficción es un trabajo complejo en el que tienes que entrar pero también tienes que salir. Alguien me dijo una vez que en el mundo creativo, lo importante es tener el billete de ida y vuelta … La diferencia del arte y la enfermedad es que los artistas tienen billete de ida y vuelta. La enfermedad es sólo billete de ida”, comentó.

“Skyfall” se estrena el viernes en Estados Unidos. También cuenta con las actuaciones de las “chicas Bond” Naomi Harris como la agente Eve y Bérénice Marlohe como Severine; así como con Ralph Fiennes como Gareth Mallory, un funcionario británico que supervisa la MI6.

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