Con la foto de su padre sobre el pecho, John David, de 7 años, mira a la cámara el miércoles 13 e implora: “por favor, no deporten a mi papá. Lo extrañamos mucho”.
Su madre, Syndi Cristóbal abraza al niño y a su hermanita Evelyn, de 5 años y les da un beso. Lloran juntos en su casa de Arlington, Virginia.
La familia vive una odisea desde el 21 de febrero cuando agentes de Inmigración (ICE) llegaron a su casa a las 5 am. Buscaban a un hombre que se había mudado hacía tres años. Pero, se llevaron al papá de John David, Leoxander Pérez, un guatemalteco de 28 años que emigró en 2002 al huir de las pandillas y es líder en su iglesia adventista.
Pérez tenía una orden de deportación desde que le negaron el asilo político en 2006.“Ahora rechazaron revisar su caso y ya lo van a deportar”, sollozó Cristóbal.
Abogados de CASA de Maryland tramitan una Acción Diferida desde el jueves 14. “El Gobierno ha dicho que las personas como este padre, que no han cometido crímenes y que no son un peligro para la sociedad, pueden obtener una suspensión de deportación”, dijo la abogada Sheena Wadhawan.