
Gustavo Torres (izq.) director ejecutivo de CASA de Maryland junto a Jaime Contreras, vicepresidente del SEIU 32BJ. Ambos fueron clave en organizar la marcha del 10 de abril.

Angélica Salas, directora de la Coalition for Humane Immigrant Rights of Los Angeles, abogó por los derechos de los inmigrantes en el rally del 10 de abril.

El reverendo Javier Pérez viajó desde Yuma, Arizona para exigir cambios en las leyes y un alto a las redadas.

Líderes de distintas religiones se movilizaron en pro de la reforma migratoria.

Líderes de la política de DC, Maryland y Virginia también se hicieron presentes en el movimiento.

La poeta Elizabeth Alexander declamó frente a una multitud de personas. Alexander también estuvo en la inauguración del presidente Barack Obama.

El padre Eugenio Hoyos, director del Apostolado Hispano de la Diócesis de Arlington unió su voz a la de miles de inmigrantes el 10 de abril.

El padre Alex Díaz, vicario de la parroquia la Sagrada Familia en Dale City, Virginia, junto a Dora Escobar, dueña de las tiendas de envío de dinero La Chiquita Express en la marcha del 10 de abril frente al Capitolio.

La cantante puertorriqueña Olga Tañon fue la vocera de la campaña "Time is Now", para apoyar la ciudadanía para 11 millones de indocumentados.

Luis Gutiérrez, legislador demócrata por Illinois, es uno de los que más ha apoyado la reforma migratoria.

El senador demócrata por Nueva Jersey, Bob Menéndez, le aseguró a los manifestantes que se presentará un proyecto migratorio entre el lunes 15 y el martes 16 de abril.
Washington—Sacerdotes, pastores, musulmanes y rabinos unieron sus voces en solidaridad el miércoles 10 de abril, para clamar por una reforma migratoria junto a miles de personas que se reunieron en una marcha frente al Capitolio.
“Nosotros pedimos que se nos comience a tratar y a ver como lo que somos: ciudadanos americanos, porque América somos todos. Que se nos deje de ver como personas de segunda clase”, dijo a El Tiempo Latino el padre Alex Díaz, vicario de la iglesia Sagrada Familia en Dale City, Virginia.
Díaz fue uno de cerca de 40 religiosos que estuvieron apoyando y orando por la legalización de los 11 millones de indocumentados, algo que estos líderes aseguran “ya se ha demorado demasiado”.
“Si nosotros como comunidad religiosa no ayudamos al inmigrante, quién le va a dar palabras de consuelo, quién los va orientar. Nadie”, expresó Díaz.
El padre Eugenio Hoyos, director del Apostolado Hispano de la Diócesis de Arlington, usó palabras duras cuando después de rezar la oración del Padre Nuestro dijo “perdona a los legisladores por no moverse rápido en el tema migratorio. Ellos necesitan un exorcismo”.
A lo que la multitud respondió con una ovación de aplausos y gritos eufóricos.
Hoyos remarcó que no se puede seguir separando a las familias con las deportaciones y que la iglesia ha sido un refugio para aquellos que han vivido estas separaciones.
“Pero tengo fe en que vienen cambios y que todos ustedes pronto tendrán un pasaporte americano como éste”, expresó Hoyos mientras se acercaba a su rostro un cartel que simulaba una especie de identificación.
Por su parte el reverendo Javier Pérez, de la iglesia Inmaculada Concepción, viajó desde Yuma, Arizona con un grupo de feligreses, en un estado en donde viven de cerca la discriminación y en donde dominan leyes antiinmigrantes como la SB1070.
“ Ya es hora que la gobernadora Jan Brewer, de Arizona, despierte y se de cuenta que sin los latinos el estado se va a hundir. Los hispanos somos los que trabajamos en el campo, en los hoteles y ya es hora que se nos respete”, expresó Pérez.
Por ahora se espera que los senadores presenten una propuesta en los próximos días.