
PIONERO. El doctor Juan Romagoza, quien dirigió la clínica por dos décadas desde 1988 hasta 2008, asiste a una paciente en el antiguo local.
CRECIMIENTO
La Clínica del Pueblo es un ícono en la comunidad:
De los 10 ó 15 voluntarios con los que se inició La Clínica del Pueblo en 1983 ahora cuenta con más de 90 empleados y cientos de personas que dan de su tiempo gratuitamente o cobrando estipendios, incluídos más de 40 promotores de salud, según su directora Alicia Wilson.
Cuenta con un presupuesto de 8,6 millones y una serie de programas de servicios “con sensibilidad cultural y lingüística”, dice.
Entre los servicios que prestan se encuentra la atención primaria, de salud mental y abuso de sustancias. Además tiene programas de prevención, detección y tratamiento del VIH/SIDA.
También educación sobre la salud y alcance comunitario específicamente para las familias de bajos ingresos, sin seguro médico dentro de la comunidad latina del área metropolitana.
La Clínica del Pueblo en DC, pionera en el área metropolitana en ofrecer servicios de atención médica a los centroamericanos desplazados por los conflictos armados en sus países, cumple 30 años. Y este sábado 4 lo celebra con una noche de gala en la Organización de Estados Americanos (OEA).
Estará en los festejos el doctor Juan Romagoza, el líder que por dos décadas llevó las riendas del centro médico, entregando “cuerpo y alma” a la comunidad, como dicen quienes lo conocen.
Romagoza dirigió la clínica desde 1988 hasta 2008 cuando se retiró para regresar a su país natal El Salvador. “Estamos felices que Juan pueda estar con nosotros para esa noche tan especial. Él ha sido un pilar en la vida de la clínica”, comentó a El Tiempo Latino, el miércoles 1, su directora, Alicia Wilson.
Wilson, quien el miércoles se reintegró al trabajo tras haber estado tres meses ausentes por licencia de maternidad, habló sobre la historia, retos y logros de la clínica.
“Llegamos a estos 30 años con mucho orgullo pero también con mucha humildad”, expresó. “Lo digo porque los cambios en la clínica han sido espectaculares. Hemos ido creciendo a medida que la comunidad latina también lo ha hecho aquí”, manifestó Wilson, quien en sus 13 años trabajando en la clínica —cuatro de ellos como directora— ha sido testigo del avance.
“Si yo me maravillo del progreso en una década, cómo será los que vivieron las tres décadas”, comentó.
Lo que empezó en 1983 en un cuarto y con equipos prestados, ahora es un centro de salud acreditado por el gobierno federal que sirve a unas 15.000 personas en el área, 2.800 de ellas pacientes que vienen tratándose hace décadas.
Para inmigrantes como Elsa Gómez, La Clínica del Pueblo ha sido vital. Gómez es una de las primeras pacientes del centro. “Tengo 26 años atendiéndome aquí y he visto como ha cambiado para bien”, dijo el miércoles mientras esperaba su turno.
Otros que por primera vez llegan a la clínica, como Maricela Sibriane, de 25 años, mirarán para el futuro. “Vamos a seguir avanzando y creciendo”, puntualizó Wilson.